Hoy en curiosidades el caso del ginecólogo condenado por sobar a sus mujeres pacientes que sucedió en
Barcelona, (España). Fue denunciado por una mujer a la que atendió en
Septiembre de 2006 y detenido en Octubre de 2006. En Julio de 2014 fue
condenado a 13 años de cárcel.
La acusación del fiscal se basaba en que el citado médico sometía a sus
pacientes a tocamientos que iban más allá de lo necesario, tanto en el
ambulatorio de sanidad pública donde trabajaba como en su consulta privada.
Cuando la mujer estaba tendida en la silla de revisión, Sami acariciaba
sus vulvas y sus pechos con animos lujuriosos, según la acusación. Una mujer
fue la que inicialmente puso una denuncia ante la policía.
La policía de esa región española, Cataluña, conocida con el nombre de
Mossos, hizo una investigación interrogando a más de cien mujeres pacientes del
doctor y unas cuantas más presentaron también denuncia contra él. Este procedimiento de actuación fue puesto en cuestión por el juez de guardia que atendió la detención en Octubre de 2006 como a continuación veremos.
Uno de los argumentos del fiscal era que según las mujeres que acusan, el doctor no se ponía guantes a la hora de palpar, o sea, entendiendo que lo hacía así para "saborear" mejor. Otro detalle es que se las apañaba para hacerlo cuando la enfermera ayudante no estaba presente.
Objeciones del juez a actuación policial:
El juez que atendió el caso cuando fue detenido expuso no obstante ciertos
reparos a la forma de actuación policial al entender que podían haber incitado
a la presentación de denuncias.
Lo que expone el juez no es baladí, porque al hablar con las mujeres
pacientes del doctor se les hace saber las sospechas que existen sobre él y
aunque ninguna hasta entonces había presentado queja si lo hicieron después.
No digo que fuera así pero podría pensarse que alguna, al saber de una
denuncia por tocamientos, se viera influenciada a pensar que ella también fue
objeto de esos abusos. Y ya pensando peor, al existir posibilidad de obtener
dinero como indemnización, alguna puede apuntarse al carro de la denuncia.
No sé los detalles del juicio y como puede demostrarse tales actos si
ocurren entre doctor y paciente, con nadie más de testigo. Las que acusaron
dijeron que más que auscultar acariciaba sus partes haciendo a veces algún
comentario que parecía más de ligón que de médico, como “esto está para echarle
un poco de limón”.
La condena del doctor:
En octubre de 2013, la Audiencia de Barcelona le condenó a 81 años de
cárcel y a indemnizar a 25 pacientes suyas con seis mil euros a cada una, de lo
que se haría responsable subsidiario al Instituto de Salud catalán. El tribunal
dio crédito a las declaraciones de las acusadoras que dijeron que se aprovechó
de su situación como médico cuando ellas estaban desnudas ante él y que durante
los tocamientos, con ánimo erótico, se notaba que se excitaba.
El doctor Sami recurrió esa sentencia diciendo que su forma de actuar
pudiera ser diferente a otros médicos ya que él trataba de ser amable y
escuchar y considerando que era una ofensa para su profesionalidad que se le
acusara de tales actos libidinosos.
El Tribunal Supremo rechazó el recurso de Sami y confirmó la sentencia
el 4 de Julio de 2014, aunque limitando la pena a cumplir a un máximo de trece
años. Confirmó el pago de la indemnización de los seis mil euros a cada una de
las pacientes que denunciaron.
Lo que me llama la atención del caso:
A mí la verdad me llamó la atención este caso porque 81 años de cárcel
por un delito en el que no hay violación ni asesinato me pareció excesivo. Incluso
los 13 años a los que lo limitó el Supremo me parece demasiado por un delito de
tocamientos. Y me sigue mosqueando el que las mujeres que denunciaron después
de la primera no hubieran protestado antes si es que tan evidente era que las
estaba manoseando y tanto las molestaba.
También me llama la atención el tiempo transcurrido. Unos hechos que
sucedieron en 2006 no tienen condena firme hasta 2014, ocho años después. Como
suele decirse, la Justicia lenta es menos justicia.
En España no existe la cadena perpetua ni la pena de muerte y los
homicidios suelen saldarse con sentencias de menos de 15 años. Los asesinatos
horrendos andan por menos de 20. Por estas fechas está el caso mediático del
Asesinato de la niña china Asunta. Sus padres son los sospechosos del crimen y el
fiscal pide para ellos 18 años, incluso con el agravante de parentesco.
Y a ti, que te parece. ¿Es excesiva o no esa condena?.
No te falta razón pero ahora díselo a Elisa Beni y su Colectivo progresista de Castradoras de Machos Ibéricos y verás como te llaman fascista, machista y delincuente
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