miércoles, 16 de julio de 2014

Vivir sin mentir es imposible

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El sentido común nos dice que vivir sin mentir es imposible. Mentimos a los demás y nos mentimos a nosotros mismos. Habitualmente se acepta en sociología que los tres motivos para mentir son los de supervivencia, evitar un castigo o lograr un beneficio. Pero se olvidan de que hay otro motivo que es el de ser educados y sociables. En este apartado entraría por ejemplo la mentira piadosa.

No se puede ir por ahí diciendo a alguien al que te encuentras después de unos años “vaya, te veo hecho un viejo asqueroso”. Lo normal es que digas una frase amable aunque sea totalmente falso.

Decir la verdad puede evitar ansiedad pero hay psiquiatras que mantienen que la verdad puede ser una agresión en ciertas situaciones y para evitar conflictos surgen las mentiras que son necesarias. 

Hay que diferencias entre las mentiras que se dicen para beneficio de uno y las que se dicen para beneficio de los demás, para evitarles preocupaciones o enfados innecesarios. Y se puede mentir para no decir la verdad o para falsearla. Hay una gran diferencia entre una postura y otra.

Podríamos clasificar las mentiras en dos grupos: las nocivas y las inocentes. Las nocivas serían las maliciosas que van dirigidas contra algo o alguien para causar daño. Las inocentes serían las que se dicen para evitar conflictos o por educación.

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Sinceridad peligrosa y mitomanía: 


Una persona que siempre fuera sincera y que siempre dijera lo que cree que es la verdad sería peligrosa socialmente. Sería una fuente de conflictos.

Por el contrario, una persona que mienta continuamente acabaría con una gran tensión por temor a que se vayan descubriendo sus mentiras. El que miente todo el rato suele ser un fantasioso al que se conoce como mitómano.

Pero el mitómano no es consciente realmente de que esté mintiendo ya que acaba creyendo sus mentiras como verdades. Es una patología.

Al mitómano se le puede llegar a descontrolar la situación si ha llevado sus mentiras demasiado lejos.

Las mentiras más habituales actualmente están relacionadas con las redes sociales.  La gente pone fotos en su perfil de cuando era más joven o directamente pone la foto de otra persona que es más atractiva.

Es frecuente que se diga en el perfil que se tienen estudios o títulos sin ser cierto o se exageren los cargos laborales con nombres rebuscados. También mienten muchos en el estado civil poniendo que son solteros cuando son casados, por ejemplo.

Si el perfil de la red social lo enfocan desde el punto de vista laboral es frecuente que se exagere la experiencia, las responsabilidades tenidas en trabajos anteriores o el conocimiento de idiomas. Incluso algunos llegan a poner  que han trabajado en una gran empresa sin ser cierto y otros se inventan directamente la empresa que en realidad no existe.

Por ejemplo, uno puede haber visitado una planta embotelladora de cerveza durante una excursión y poner después en su perfil que ha sido jefe de planta de embotellar con todo el descaro.

También suele exagerarse el conocimiento en temas informáticos. Gente que sabe manejar cuatro cosas en Internet, sobre todo de descargas piratas y que se mueve en algún foro y red social se presenta como amplio conocedor de ofimática, o de marketing, o de SEO y cosas similares.

Los hay que fardan de que les gustan libros de reconocido prestigio sin que realmente los hayan leído ni les interese mayormente hacerlo. O se hacen seguidores de algún escritor o filósofo renombrado porque piensan que así dan el pego de ser intelectuales.

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Resumen y mentiras habituales:
Lo anterior no son más que pinceladas para confirmar el aserto de que vivir sin mentir es imposible. Si uno tiene un mínimo de educación ha de mentir con cierta frecuencia para no herir sentimientos o se desagradable. O sea, las mentiras por amabilidad son imprescindibles salvo que lleves una vida de grosero o provocador.

Y aparte, están todas las demás mentiras que se dicen por supervivencia, por beneficio propio, por vanidad, por escurrir el bulto, etc. Las estadísticas indican que una persona miente una media de cuatro veces al día. 

Ahora voy a exponer una serie de frases frecuentes que se emplean para mentir. Son relacionadas con las comunicaciones telefónicas, las deudas, los secretos, la seducción, etc. No pongo los esloganes políticos porque sean los que sean siempre son falsos: por el cambio, podemos, juntos podemos, somos el futuro, etc. 

Te llamé pero no respondió nadie
Llámame más tarde que estoy conduciendo
Dame tu teléfono que yo te llamaré
Es que perdí tu número de teléfono
No oí sonar el móvil
Ahora mismo pensaba llamarte
Te llamaré un día de estos
Por favor, paga tú, que mañana te lo doy
No me acordaba que te debía eso
Te juro que no se lo diré a nadie
Un minuto, que me retoco y ya voy
Nunca vi ojos tan bonitos
Sólo la puntita mujer.
Papá…, te llamo para decir que me quedo a dormir con una amiga
Es que el profesor me tiene manía
No te preocupes, no te va a doler

La trola universal que gana por goleada gracias a Internet: 
He leído las condiciones
  



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