Vagancia: pereza nivel máximo

Veamos un caso de vagancia, de pereza nivel máximo en un vídeo corto. Pero antes pondré algún meme sobre el tema y alguna disertación. La holgazanería surgió desde el momento en que el ser humano empezó a planificar actos futuros durante la evolución. 

Cuando estás a nivel supervivencia hay poco sitio para gandulear. Las cosas hay que hacerlas al momento. Si tenían sed, debían ponerse a buscar agua. Si tenían hambre, debían ponerse a buscar comida. Si aparecía un oso cavernario tenían que correr, no podían posponerlo para otro momento. 

A medida que el ser humano fue dominando más el medio en que vivía empezó a planificar cosas para más adelante. Y los vagos empezaron a aparecer. Algunos empezaron a dejarlo todo para el futuro y a hacer el mínimo esfuerzo en cada momento presente. O sea, el gandul planifica pero no hace. 

No deja de tener su lógica desde el punto de vista de que el futuro es incierto y trabajar ahora para el futuro puede no tener compensación: si la palmas, por ejemplo. Claro, que si no la palmas, a ver que le dices al jefe si no presentas el trabajo que debías tener acabado en cierta fecha. Los haraganes son expertos en inventar excusas pero llega un momento en que los recursos se agotan. Después de haber asistido al entierro del mismo familiar varias veces y de haber tenido varios accidentes de tráfico, empiezan a ser calados como zánganos.

El gandul tiende a no hacer nada que requiera esfuerzo mental o físico. Todo lo más algún entretenimiento que le divierta siempre que no sea demasiado exigente.

El vago suele serlo en toda situación. Sigue la ley del mínimo esfuerzo y la del escaqueo siempre que puede. Es una plaga para las empresas y para los compañeros de trabajo que en muchas ocasiones han de hacer parte de su trabajo. 

Y ahora el vídeo corto sobre el holgazán con pereza nivel máximo. Desde que se levanta está todo el día tumbado con la manta encima. Observar como se levanta, se baña, como conduce hasta el trabajo, como sube las escaleras mecánicas... Incluso un paso de peatones es un buen sitio para echar una cabezada.