No es que fuera automático o
algo así. El caso del avión que aterrizó sin piloto sucedió en Febrero de 1970.
Era un caza norteamericano de interceptación rápida F-106. El comandante Foust,
que lo pilotaba, se tuvo que lanzar en paracaídas y pudo contemplar como
después el aparato planeaba y aterrizaba sin apenas daños. Algo increíble.
El comandante estaba
haciendo un vuelo de entrenamiento cuando de repente, a unos 15.000 metros de
altura se encontró con que el caza entraba en barrena hacia el suelo y no
obedecía a los mandos. El suelo se acercaba peligrosamente y finalmente optó
por eyectar el asiento para descender con el paracaídas.
En ese momento, el avión se
puso horizontal y en vuelo estable y mientras el comandante bajaba con el
paracaídas el avión fue planeando perdiendo altura y acabó aterrizando
perfectamente deslizándose sobre un campo de cultivo plano que estaba cubierto
por una gruesa capa de nieve.
La nieve hizo que el avión
apenas tuviera daños. De hecho fue recuperado y siguió volando. La situación
del comandante en ese momento fue embarazosa. “No puedo controlarlo, está fuera
de control, salto” dijo Foust a la torre de control y después el caza se posa
por sí solo en una pista improvisada nevada.
Imagina la situación.
Anuncias que el caza no responde a los mandos y que se va a estrellar, que lo
abandonas y después resulta que aterriza casi intacto. Lo menos que temes es
que piensen que has tenido un ataque de pánico y has abandonado el avión a lo
loco. Puede haber muchas sonrisas a tus espaldas indicando que fuíste presa del
miedo.
Aquí puede verse al aparato posado sobre el suelo nevado e intacto
Pero nadie culpó al
Comandante Foust por nada. Se entendió que son cosas de la aerodinámica que a
veces resultan caprichosas. Por lo que fuera el aparato quedó bloqueado y quedo
ingobernable y después de la explosión que lanzó el asiento del piloto al aire
y libre del peso del Comandante, también por lo que fuera, el caza se
estabilizó y fue perdiendo altura hasta deslizarse sobre la nieve.
La propia explosión que
lanzó el asiento fuera y el cambio de peso pudieron variar las fuerzas aerodinámicas
y el centro de gravedad de F-106 de tal forma que se equilibró increíblemente.
Al no haber nadie a bordo que lo acelerara, el caza fue perdiendo altura de
forma estable y acabó deslizándose sobre el suelo nevado.
El aparato fue recuperado,
puesto a punto y siguió volando, lo mismo que el Comandante Foust, que incluso
volvió a pilotar ese mismo caza. Lo que sucedió no se pudo saber con exactitud
pero es algo que si se intenta a propósito no se podría lograr. Una vez
retirado el aparato del servicio se envió al Museo del Aire norteamericano como
recordatorio del suceso extraordinario.
El caza F-106 era un avión
especializado en la interceptación rápida de otros aviones. Supersónico y
ligero, armado con misiles y cohetes, estaba diseñado para dirigirse a toda
pastilla a cualquier aparato volador que se le indicara. Después de 1980
empezaron a diseñarse cazas polivalentes, que tanto servían para interceptación
como para otras misiones, incluso de bombardeo. Actualmente parece que Estados
Unidos se está replanteando fabricar de nuevo aviones especializados en
interceptación de aeronaves.
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