Veamos unos consejos matutinos para comenzar bien el día. Lo primero es
que cuando suene el despertador hay que levantarse. Si te quedas en la cama por
chupar un poco más colchón lo más fácil es que te amodorres y acabes levantándote
con más sueño del que tenías un rato antes cuando sonó la alarma.
Si no tienes que usar despertador porque no vas a ir a trabajar, lo
mejor es levantarse cuando te despiertes. Durante el sueño hay varios ciclos
cada uno de duración sobre hora u hora y media. Lo bueno es levantarse cuando
después de seis u ocho horas de sueño, según sea tu hábito, te despiertas de
forma natural al final de uno de esos ciclos.
Lo malo es despertarse y levantarse en mitad de uno de esos ciclos. Eso
deja la mente embotada. Por eso hay que tenerlo en cuenta. Incluso a la hora de
poner el despertador. Si te acuestas a una hora más o menos fija, puedes ir
calculando a que hora poner el despertador. Quizás media hora menos de cama
puede ser mejor que media hora más, ya que con esa media hora más puede
pillarte la alarma en mitad de un nuevo ciclo.
Las primeras fases del sueño suelen ser las reparadoras físicas y se conocen como NO-REM. Las últimas fases son las que se conocen como REM, que es como si dijeramos de reparación
y reordenación mental. Si el despertador suena cuando estás en una fase REM sin
haberla terminado, te sentirás mal.
Una vez que te has despertado, lo mejor es estirarse bien antes de salir
de la cama y hacerlo despacio, sin ponerse de pie bruscamente ya que has estado
horas casi en reposo y los músculos están un poco apelmazados. Puedes fácilmente
hacer malas posturas y forzar esos músculos si no actúas con lentitud. Nada de
saltar de la cama como si fueras un marinero al que tocan zafarrancho de
combate.
Si ya es de día lo mejor es abrir la ventana para que entre la luz
natural. Ello hace que el organismo se acople mejor al ritmo biológico. Si no
abres la ventana y estás todo encerrado con luz artificial, el organismo sigue
desorientado, por así decirlo. No sabe si es hora de acostarse o de levantarse.
Lo mejor a continuación es desayunar. Antes de comenzar a hacer
esfuerzos hay que rellenar el depósito con energía. Y si sueles ser regular y
metódico lo mejor después es ir a defecar, a largar el lastre acumulado del día
anterior.
Si tienes tiempo, uno pocos ejercicios desengrasantes y de mantenimiento
tampoco vienen mal antes de ponerte en marcha para ir al trabajo o para hacer
otros menesteres.
Generalmente uno anda embotado en esas horas matutinas y con pocas ganas
de confraternizar pero hablar con los que te encuentras de una forma amable es
bueno para tu mente y tu salud.
Lo más probable es que no tengas muchas ganas de parlotear, sobre todo
los hombres, que son menos parlanchines que las féminas, pero hay que esforzarse
por ser amable. Algunas frases con humor levantarán tu ánimo y es saludable.
Incluso aunque hayas tenido una mala noche, hayas dormido poco o tengas
resaca por haberte tomado alguna copa de más, los demás no tienen la culpa y el
que muestres como un ogro no hará más que empeorar tu mal estado de ánimo.
Mientras tanto consejos finales:
Mientras tanto consejos finales:
Una forma de relajarte antes de ir a dormir es echar unos buenos bostezos. Puedes ver el siguiente artículo que te ayudará a esa relajación Buenos bostezos
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