sábado, 2 de agosto de 2014

Crisis periódicos papel en dos fotos

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Se puede entender la crisis de los periódicos de papel en dos fotos. En la primera se aprecia una cola de personas de hace más o menos un siglo esperando en una parada de autobús, que en realidad son tirados por caballos. Casi todos tienen su ejemplar de prensa y lo están leyendo.

Durante años y años esa escena era típica. Vinieron los vehículos de motor, los tranvías, los metros, pero los viajeros seguían esperando ojeando un diario. Unos leían las noticias políticas, otros las económicas, o los deportes, o se entretenían haciendo el crucigrama. Había de todo para todos. Horóscopos, anuncios, artículos de fondo... 

Los ejemplares eran relativamente baratos y formaban parte de una costumbre social en las ciudades. El periódico de papel resistió a la revolución comercial y a la revolución industrial. De hecho fue pieza importante de ellas. Se llegó a convertir en lo que se llamó el cuarto poder, después de los típicos de la democracia: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. 

Resistió también al invento de la radio. La gente podía escuchar las noticias gratis dadas en una emisora o entretenerse con concursos, canciones, etc. Pero seguía comprando periódicos. Resistió a la televisión, aunque este invento le arrebató la calificación de cuarto poder: la tele fue realmente el cuarto poder, lo que no salía en la tele casi no existía. La prensa de papel pasó a ser el quinto poder, por así decirlo. Pero seguía teniendo su público.

En la siguiente foto se observa como no pudo resistir al último invento: el de la revolución digital de Internet. La gente empezó a acostumbrarse a leer en pantalla. Diarios digitales a barullo, blogs, redes sociales y webs diversas se convirtieron en una competencia insuperable.

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Las editoriales de prensa de papel no se adaptaron a la nueva tecnología. Quizás es que no sea posible la adaptación. Si la gente pierde la costumbre de leer sobre papel y pasa a leer en pantallas, es difícil venderle papel. 

Algunas empresas periodísticas han buscado soluciones como acudir a los muros de pago: o sea, que haya subscribirse para acceder al contenido pagando por ello en Internet. Parece que funciona en algunos casos de marcas que se difunden a nivel mundial en Inglés, como el Finantial Times, por ejemplo. Pero no es tan fácil para los que se dirigen a públicos más locales. 

Los hay que incluso se han opuesto a esa política del pago por contenido. Por ejemplo el Daily Mirror lanzó una campaña publicitaria alardeando de que ellos seguirían siendo gratis. No cabe duda de que los que instauran muros de pago perderán lectores en Internet y esos lectores pasarán a ser visitantes de los diarios en versión digital que ofrezcan sus servicios gratis. 


Otra cosa es que los que optan por la edición digital gratis puedan rentabilizar el negocio. Publicidad y tienda on line son las principales herramientas de ingresos de dinero. Mucha esperanza está puesta en el mayor empleo de los teléfonos móviles. No sé si esa esperanza está justificada ya que la pantalla de esos artilugios es muy limitada salvo que se usen modelos enormes. 

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Probablemente tendrán que recurrir al sistema de publicidad más o menos encubierta en forma de artículos sobre promoción de productos. También hay que pensar que dados los grandes y rápidos cambios tecnológicos que se producen actualmente pueden aparecer nuevos terminales de conexión a Internet que vuelvan a revitalizar a la prensa más tradicional aunque no parece fácil que tal cosa suceda en su formato de papel.

El peligro de los Teléfonos Pisamierdas:
Ya que hablamos de los móviles inteligentes que todo el mundo va mirando por la calle y sobre los que he tratado en el artículo Los móviles pisamierdas, antes y después veamos un vídeo corto sobre el peligro que tienen. Una mujer entra en una empresa de coches con moderna decoración y no deja de mirar el móvil. Acaba mal:




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