Critica feroz a restaurante | Sobaco Global


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Critica feroz a restaurante


La crítica que escribió A.A. Gill en la revista Vanityfair sobre un restaurante francés cabe calificarla de CRITICA FEROZ. Gill comió en el restaurante Le Ami Louis, frecuentado sobre todos los extranjeros y que es bastante conocido en la capital francesa. Le soplaron casi 300 euros y no le gustó nada de lo que comió y vió. Se despachó a gusto en su artículo en la revista.



Dice que estar en ese sitio es algo así como ir en un ferrocarril patatero por los Balcanes, con las paredes pintadas de color marrón estiércol, con una cocina pequeña al fondo de la sala donde están escondidos los camareros. Sobre la bodega dice que es como una cripta que huele a meado fétido. Habla de un plato de riñones comparándolo con una especie de ladrillo renal. El hígado que le sirvieron lo considera como masilla de fontanero, con mantequilla de olor a intestinos o a la grasa extraída de una liposucción.

Se sigue quejando de que entre plato y plato tardaban un eternidad y da precios: un aperitivo de foie, cincuenta y ocho euros. Una copa de vino de la casa, trece euros. Total, casi trescientos euros para dos personas en un restaurante que considera el más malo del mundo.



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8 comentarios :

aspirante dijo...

En cuanto uno sale de casa sólo se puede ir a McDonalds.
Al menos es igual en todas partes.

Anónimo dijo...

Seguro que allí van a comer los líderes sindicales y demás ladrones subvencionados.

MJ

Jesús dijo...

Por ese precio esos platos, bien se merece la crítica.
Lo que no se es como hay valor para salir a comer fuera, tal como esta el panorama

Bucan dijo...

Aspirante, o comer la hamburguesa de pollo de Carmen Lomana en Burger King, je, je.

MJ, me pega que esos trincones que mencionas van a sitios aún más caros. Y además, según lo que cuenta el crítico en ese artículo, el fino paladar de esos engullidores requiere de sitios más exquisitos y donde abunde el jamón de pata negra y la langosta.

Periódico, pues sí, cobra caro y le han dado su merecido, ja, ja.

Natalia Pastor dijo...

Pues ese crítico,amén de ser un juntaletras, es un necio absoluto.
Yo he comido y cenado en ese bistro varias veces con mi "santo", y es espectacular.
Está en la rue du Vert-Bois, en el número 32 y su decoración es la clásica de cualquier bistró parisino.

La bodega es espectacular -cara,eso sí-, y el servicio -por lo menos las veces que yo he ido-, agradable ,rápido y eficiente.
De hecho,uno de los chefs suele salir mesa por mesa a preguntar si todo ha estado a su gusto.

Bucan dijo...

Natalia, pues valga de contrapunto tu opinión. Ahí queda. Si lo leen los del bistró, la próxima vez no pagas. Je, je.

candela dijo...

Igual el hombre no tenía costumbre de comer hígado. A muchos les pasa que les da asquito, pero tampoco es para ponerse así.

Bucan dijo...

No sé, Candela, pero lo que está claro es que parece que al gourmet ese no le gustó demasiado el sitio. No he puesto todo lo que dijo, pero también habla de un filete crudo por lado y achicharrado por el otro. Ya se sabe que los críticos tienden a ensalzar unos lugares y a machacar a otros.