Los sueldos y la
supervivencia suelen incidir sobre el entendimiento. Se puede explicar por la
Ley de Upton Sinclair, mostrada en la imagen adjunta. Si formas parte de un
organismo para el que trabajas y te paga el salario, lo que entiendes y no
entiendes está condicionado.
Un ejemplo es el de los
políticos profesionales pertenecientes a partidos políticos. No quieren
entender más que lo que su partido quieren que entiendan. En cada partido hay
unas castas dirigentes que con el tiempo han establecido una red de intereses y
corruptelas así como una ideología con la que captan los votos.
Todo en el partido pasa por ese tamiz de intereses, corruptelas e ideología. Cuando un partido toma una acción más bien dudosa o chapucera sobre algún problema, suele haber críticas de expertos alertando de esto o de lo otro. Muchos ciudadanos se preguntan que cómo en ese partido no entienden que están yendo por camino equivocado.
El motivo es que nadie en el
partido lo entiende porque está en juego el sueldo, la supervivencia. Fuera del
partido hace mucho frío. Y la postura de la mayoría de los políticos, empleados
del partido, es la de sostenerla y no enmendarla. Naturalmente, no todos son
incapaces de entender el error por ese motivo de miedo a perder el pesebre. Otros
son incapaces de entenderlo por que simplemente son incompetentes.
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3 comentarios :
Así es, efectivamente. Pero no sólo en la política. En las empresas ocurre tres cuartos de lo mismo. Como se te ocurra insinuar que el cliente no tiene razón, se acabó la nómina. Y si eres autónomo, ya te puedes ir buscando otro cliente. El que paga, manda, mande bien o mande mal.
En el fondo -y a veces en la forma- no somos tan diferentes a los animales, la razón no cuenta cuando está en juego la supervivencia. Lo que ocurre es que, una cosa es la supervivencia y otra vivir como un rajá besando culos.
Es el conocido sindrome de Estocolmo, el empleador no deja de ser un secuestrador
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