Los internautas metidos a
detectives en el caso de los dos terroristas islámicos que pusieron bombas en
la maratón de Boston en Abril de 2013 fue un fracaso. No ya porque no lograran
averiguar la identidad de los culpables una vez que sus fotos fueran publicadas
por la policía sino porque se hincharon de acusar sin fundamento a montones de gente que encontraban parecida. Y para más inri, algunos medios de comunicación dieron por validas esas
identificaciones difundiéndolas. Esa gente inocente falsamente acusada sufrió
las consecuencias de los insultos y las sospechas de sus vecinos.
En cuanto el FBI revisó
grabaciones de video hechas por las cámaras que había en la zona donde
explotaron las bombas vio que había dos personas que siempre aparecían en el
lugar de los hechos. Esas dos personas llevaban además sendas mochilas cuando llegaron al sitio
donde estallarían los artefactos, en el recorrido de la carrera de maratón que
se estaba llevando a cabo.
Las fotos de los sospechosos
fueron difundidas por la televisión y los medios por ver si alguien podía
identificarlos. ;Miles de internautas se lanzaron a buscar fotos de personas en la red. Identificaron a gente que consideraban parecida como posibles sospechosos. Cuando un
sospechoso parecía bueno, ya lo daban por cierto. Siempre surgía un vecino del
mismo en el foro diciendo que hacía un mes que no lo veía. O diciendo que siempre había
tenido un comportamiento algo huraño.
Algunos medios de prensa y
televisión, algunos supuestamente serios, lanzaron noticias de que tal persona
podía ser el responsable o tal otra había sido detenida. Nada era cierto.
Lógicamente, la policía revisaba esos foros y cuando alguno era apuntado como
posible culpable, rápidamente se le buscaba para interrogarle por si acaso los
internautas hubieran acertado. Pero ninguna identificación fue positiva y no
hubo detenciones.
Como si en una película se
tratara, los internautas se lanzaron a buscar tecleando frenéticamente en sus
ordenadores convencidos de que ellos resolverían el caso, pero no fue así y
generalmente sólo sirvió para embrollarlo.
Cuando esas fotos de
posibles sospechosos se hacen públicas para que la gente colabore en la
identificación se pretende que alguien que conoce bien a las personas buscadas se
de cuenta de que son ellas y lo notifique. Suelen ser fotos poco claras o de
baja calidad. Es difícil identificar a alguien por ellas salvo que ese alguien
sea una persona con la que tratas cotidianamente. Tu compañero de trabajo, de
estudios, de juegos o un familiar.
De hecho, a raíz de que las
fotos de los sospechosos de Boston fueron hechas públicas, el FBI recibió
llamadas con identificaciones positivas de gente que conocía bien a las
personas mostradas. Y ello obligó a los dos hermanos a abandonar la vivienda
donde se habían refugiado después de haber hecho estallar las bombas. Una vez
que vieron sus imágenes en la televisión, comprendieron que era cuestión de
horas el que apareciera el FBI ante la puerta.
HUÍDA DE LOS DOS
TERRORISTAS:
Con explosivos y armas
abandonaron el piso donde se encontraban cuando vieron sus imágenes en la televisión. Dieron con un policía de vigilancia
en el MIT y lo mataron. Robaron un Mercedes dejando al dueño maniatado. Con la
tarjeta de crédito del dueño del coche robado sacaron ochocientos dólares en un
cajero automático.
Pero en cuanto el cadáver
del policía fue descubierto dentro de su coche patrulla, un enorme despliegue
policíaco se estableción contra los hermanos fugitivos. En un momento dado, la
huída de los terroristas dio con una patrulla policial de frente. Hubo
intercambio de disparos.
El hermano mayor,
Tamerlan, salió del mercedes disparando
y avanzó contra los policías que le hirieron. Entonces, el hermano menor
arrancó el coche a toda pastilla embistiendo a Tamerlan y arrastrándolo con el
vehículo un buen montón de metros. Tamerlan quedó muerto en el sitio y el otro
huyó.
Horas más tarde y cuando
habían perdido la pista al fugitivo, un hombre vio unas manchas de sangre en la
lona que cubría un pequeño yate que tenía aparcado en el jardín de su casa.
Llamó al FBI y los agentes se personaron en el lugar. Comprobaron que dentro
del bote había una persona herida y le conminaron a entregarse. Finalmente, el
terrorista, que estaba herido por alguna bala de la refriega anterior, salió de
su escondite y se entregó.
EL HERMANO MENOR:
Dzhojar es el menor de los dos hermanos terroristas. Después de los atentados, se fue a seguir las clases en la Universidad de Massachussets como si tal cosa. Los agentes del FBI investigaban las grabaciones de las cámaras de video de la zona mientras tanto buscando pistas.
EL HERMANO MENOR:
Dzhojar es el menor de los dos hermanos terroristas. Después de los atentados, se fue a seguir las clases en la Universidad de Massachussets como si tal cosa. Los agentes del FBI investigaban las grabaciones de las cámaras de video de la zona mientras tanto buscando pistas.
Dzhojar fue al gimnasio
después de las clases y por la noche asistió a una fiesta nocturna estudiantil.
Según declaraciones de un compañero de estudios, estaba entusiasmado. Siguió
haciendo su vida en la residencia de la universidad. Pero cuando el FBI
distribuyó las primeras imágenes sacadas de un vídeo de los dos sospechosos,
Dzhojar desapareció. Se fue a reunir con su hermano Tamerlan para después emprender la
huida que acabó con su detención.
Las últimas investigaciones
apuntan a que cuando estaba rodeado en el yate donde se escondió, intentó
suicidarse pegándose un tiro en la boca. La bala le salió por la parte de atrás
del cuello sin ser mortal pero haciendo que perdiera mucha sangre y quizás el
poder volver a hablar con normalidad.
ANTECEDENTES SOSPECHOSOS:
Rusia había advertido a
EE.UU. en 2011 que Tamerlan podía ser un islamista chechenio peligroso.
Tamerlan había obtenido la residencia en EE.UU. y a raíz del aviso ruso fue
interrogado por el FBI. Pero la Oficina de Investigación Federal consideró que
no existían pruebas de que ese hombre estuviera tramando algún atentado.
Dejaron de vigilarlo y no se
percataron de que en 2012, el islamista checheno Tamerlan estaba colgando
vídeos yihadistas en la red donde decía disparates como que ansiaba ver restos
de los intestinos de los infieles esparcidos por doquier.
CONCLUSIÓN:
Es lógico que los
internautas quieran colaborar en la identificación de sospechosos de crímenes
pero eso debería hacerse con menos arrogancia y menos ansia de protagonismo. Los
más activos en las redes sociales y que quieren hacerse notar suelen
precipitarse en sus juicios y arrastrar a muchos otros detrás de ellos. Y al
final, arrastran también a los medios de prensa tenidos por serios que dan por
buenas conclusiones erróneas o sensacionalistas surgidas de las redes sociales.
Y los perjudicados son las personas cuya identidad se hace pública como “sospechosas”.
El sambenito les queda colgado después. Muchos de los que son activos intervinientes en las redes sociales deberían mostrar menos arrogancia y afán de protagonismo.
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2 comentarios :
Me emociona siempre el gran afecto que despliegan los hermanos en los momentos de apuro.
Es natural que ocurra lo que cuentas, tipos con esa pinta los hay a cientos por las calles y, por supuesto, en las fotos de internet.
Los internautas siempre acabamos liandola
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