Veremos si el ligar en
aviones como promueve la línea aérea Virgin funciona o acaba siendo un generador de pagafantas. Pero en todo caso puede ser un experimento de sociología. Se trata de que han instalado un sistema que permite
ver en el respaldo de la butaca que tienes delante la distribución de asientos
del avión. Supongamos que eres un hombre y has visto a una mujer que te parece
interesante. Ves donde se ha sentado y localizas el número de su asiento en la
pantalla.
Supongamos que has
averiguado que la persona que es de tu interés se ha sentado en la butaca 69.
Entonces le dices a la azafata que le ponga una copa de algo al ocupante de ese
asiento. La azafata le lleva la copa, que pagas tú, claro, y le dice a la del
sitio 69 que es una invitación de número 31, que es donde vas tú.
Si la mujer invitada acepta
la invitación y te saluda sonriente con la copa en la mano para dar las
gracias, no cabe duda de que has hecho un gran avance. Aunque si ella es atractiva y jeta,
está acostumbrada a que la inviten sin dar nada a cambio y tú te conviertes en
un pagafantas.
Si no acepta la copa,
probablemente no hay nada que hacer, salvo casos excepcionales en que ella
quiera hacerse la difícil. La copa en ese caso te la devolverán y la beberás
tú. Por lo menos no se ha perdido todo. O incluso puede decir que se la lleven
a otra en otro asiento a ver que pasa.
Cuando el presidente de Virgin presentó su idea se produjeron protestas de algunas asociaciones feministas. Alegan que serán los hombres los que inviten a las mujeres y ellas se sentirán acosadas. Es posible que algo de eso pueda suceder. Pero en todo caso, la mujer sólo tiene que rechazar la invitación si no tiene ganas de ningún rollo y ni siquiera ha de decírselo al invitador a la cara. Y como apuntaba al principio, más de una se trasegará el copazo o se guardará el frasco de perfume y después si te he visto no me acuerdo. Habrá de todo.
Parece evidente que uno de los objetivos es aumentar las ventas a bordo. Para ello sería más eficaz que unas lindas azafatas ronronearan a los hombres pasajeros. Las auxiliares de vuelo son un mito erótico masculino desde el principio de la aviación comercial.
Aquí vemos un pagafantas nivel 10. Ella le aceptó una copa y un frasco de perfume durante un vuelo. Y ahora lo usa de montura. Y todo eso sin que el hombre le haya podido tocar ni un pelo. Ella le dice que son muy buenos amigos y que así debe seguir siendo.
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1 comentarios :
Una forma como otra de vender explotando el recurso del sexo...
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