España es un buen lugar para que se afinque la organización de Chorizos Sin Fronteras. Uno de los efectos perniciosos del conocido como efecto llamada o efecto Caldera, la llegada masiva de inmigrantes a España, de forma descontrolada cuando no ilegal, ha sido la de que entre esa riada fue fácil colarse a una serie de peligrosos individuos que se han dedicado en España a cometer delitos organizados en peligrosas y violentas bandas, algo casi desconocido antes en nuestro país. Para ellos, España es un chollo comparado con lo que les podía pasar si les cogían delinquiendo en sus países de origen. Nuestras cárceles son hoteles al lado de las que les esperarían si les encerrasen allí. Nuestro sistema legal tiene rendijas por donde se cuelan todo tipo de chorizos para estar pronto otra vez en la calle. Fuentes de la Policía y de la Guardia Civil vienen pidiendo que, no sólo se considere un agravante, como lo es en narcotráfico, el hecho de la asociación ilícita para delinquir, sino que sea incluso un delito en sí, ya que de otro modo, será muy difícil combatir a dichas bandas de chorizos.
