Un perro es salvado de morir ahogado en agua helada en un río británico. Cuando el perro corría sobre el hielo, una zona se rompió bajo su peso y el perro cayó al agua helada. Su dueña, sin dudarlo, se arrojó al agua para sacar a su perro, como se muestra en Singsupplies. Un acto heroico, desde luego. No dudó en arriesgar su vida para salvar la de su perro.
Pero no obstante, el acto heróico estuvo precedido de una imprudencia. Si hubiera llevado al perro sujeto con una correa, el perro no hubiera podido ponerse a correr y saltar sobre la helada y peligrosa superficie del río. Los perros siempre deben ir sujetos por una correa reglamentaria, no sólo porque lo marque la ley, sino porque es lo mejor para la seguridad del perro, así como para evitar que sea atropellado por coches, o que moleste a los peatones o que se caiga a las frías aguas de un río congelado, como en éste caso.
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