Coches: Ahorrar combustible conduciendo

Una de las claves en los coches.para ahorrar combustible conduciendo es procurar mantener las revoluciones del vehículo en aquellas en las que el par es óptimo. Es cuando mejor trabaja el motor, cuando obtiene su máximo rendimiento. Es bueno para el consumo y es bueno para el motor. Así, si el par óptimo del vehículo es a 2.500 revoluciones por ejemplo, se debe procurar mantener esas revoluciones sea cual sea la velocidad de marcha que se lleve sobre la carretera: para ello, debe usarse el cambio de marchas. (Salvo que el coche sea de cambio automático, je, je).

Lo anterior implica hacer una conducción relajada huyendo de los acelerones y los frenazos. Acelerar más de la cuenta o frenadas bruscas supone tirar combustible literalmente. El coche tiene una masa, una inercia. Para poner en movimiento esa masa y para acelerarla, se requiere un tiempo. Si se acelera bruscamente se puede conseguir aumentar la velocidad más rápidamente pero es a costa de consumir más y no es bueno para el motor. Los motores duran más y se mantienen mejor si trabajan a régimen lo más regular posible, sin aceleraciones bruscas continuas.

Prestar atención a las revoluciones del motor y hacer uso del cambio de marchas según las diferentes circunstancias (subiendo, llaneando, bajando) es fundamental. Se debe procurar mantener las revoluciones lo más constantes posibles en el entorno de lo que recomiende el fabricante como par óptimo para ese motor.

Las ruedas también han de ir con la presión indicada por el fabricante. Con menos presión en las ruedas, se gastará más combustible y con más presión de la debida, se gastarán más las ruedas. Cuanta menos carga lleve el coche, menos gastará. Y si va con las ventanillas  cerradas gastará menos que si va alguna abierta, pues rompe la aerodinámica del coche para penetrar en el aire. El aire acondicionado o las luces encendidas son también una fuente de consumo.

El tipo de rueda empleado ha se ser el recomendado por el fabricante. La presión de los neumáticos ha de vigilarse también de acuerdo con las instrucciones. Si van por debajo de la presión recomendada, se gastará más combustible. Si van demasiado infladas, se gastará más el neumático.

Los atascos en las ciudades son un factor de aumento del consumo. El coche, parado al ralentí delante de un semáforo está consumiendo combustible. Si es un atasco que se prevé va a durar tiempo, debe pararse el motor si se quiere evitar consumo de combustible innecesario.

Al que le preocupe el consumo de combustible, debe empezar por elegir el coche adecuado en el momento de la compra. Con velocidades máximas en carretera de 140 km/hora o menos, las potencias de coche superior al entorno de los cien caballos de vapor de potencia implicarán en general  más consumo del que sería necesario.

Ha de tenerse en cuenta que cuando se habla de ahorro al conducir hay que considerar todos los factores, no sólo el combustible. La conducción en plan fitipaldia, con acelerones, frenazos y exceso de velocidad, no sólo provocarán más consumo de combustible sino más deterioro de la mecánica del motor, más desgaste de ruedas y zapatas de freno y más averías. Lo que implicará más gastos de todo tipo.

Es curioso que mientras los combustibles son cada vez más caros y se exhorta al ahorro energético, se promuevan espectáculos de masas como son las competiciones de bólidos de carreras, un canto al despilfarro de combustible en un absurdo dar vueltas y más vueltas a un circuito.

Parece que hasta Batman ha optado por buscarse un medio de transporte económico