En los hombres, la masculinidad la provoca la testosterona. Durante el embarazo, los niveles de testosterona son decisivos para definir lo masculino y macho, por así decirlo, que será esa persona. La testosterona hace que los varones sean más impulsivos y más intranquilos que las hembras. Esa influencia de dicha hormona influye en la conformación del cerebro. El hombre masculino estará más capacitado en general para la orientación espacial, para la dominación, para hacer puntería sobre algo o para tener más capacidad de abstracción y síntesis.
Es lo que explica de forma amena y hasta divertida Gerald Huther en su libro “Hombres, el sexo débil y su cerebro"”. Mientras que los niños varones masculinos tienden a actividades de fuerza bruta, las niñas tienden más a tener más empatía, o sea, más capacidad de ponerse en el lugar de otros así como tienen más capacidad de comunicación verbal.
El cerebro masculino acaba siendo diferente al de las féminas porque ya desde que nacen, la testosterona le induce al varón a disfrutar de cosas diferentes de las cosas con las que disfrutan las hembras. La testosterona tiene tanta influencia durante el embarazo que conforma el físico del bebé. A mayor cantidad, más macho resultará el bebé. Su rostro también tendrá rasgos de más macho. El dedo anular será más largo cuanto más haya de esa hormona.
Hay que darse cuenta de que lo que está diciendo éste científico es que no son en sí los genes los responsables de tanta diferencia como existe en el cuerpo masculino y femenino y sus cerebros respectivos. Ni siquiera el entorno en que se desarrollan posteriormente los niños. Son las hormonas, y sobre todo la testosterona en el caso de los hombres, los que acentúan más o menos la diferencia. Lo mismo hace los mayores o menores niveles de estrógenos y progesterona durante el embarazo respecto a la mayor o menor feminidad de las hembras.
Esto es un ejemplo de lo que hace la testosterona.
Esto es un ejemplo de lo que hacen los estrógenos y las progesterona.
El DIA DEL HOMBRE es el día 19 de Noviembre, según resolución de la ONU del año 1999. Sin embargo, no se ha instaurado en muchos países, entre ellos, España.
No es extraño que mujeres con mucha progesterona se sientan atraídas por los machotes con mucha testosterona, como el caso de Susana Zabaleta, recogido en otro post de este blog. ¿Y a tí, querida internauta, también te gustan los machotes cochinotes?
1 comentarios :
Por suerte el factor educativo es importante y el nivel de garrulos y gañanes es cada vez mas bajo.
Desgraciadamente las mujeres cada vez son menos femeninas....vamos a la androginia.
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