Qué es la guerra de las divisas

Intentaré explicar qué es la guerra de las divisas. Uno de los métodos que tienen los países para fomentar sus exportaciones es devaluar la moneda frente a la de otros países. Así, los precios en el exterior de los productos fabricados en el país que devalúa la moneda son más bajos y es más fácil vender. Además, los consumidores del país devaluado importarán menos productos del exterior pues sus precios se incrementan al hacer el cambio de moneda para pagarlos.

Desde que la crisis en Europa y Estados Unidos surgió en 2008, con el pinchazo de las burbujas inmobiliarias entre otros motivos, como el de la competencia feroz que China hace en el mercado internacional, se originó una soterrada lucha entre muchos países para debilitar su moneda. En 2010 dicho combate de monedas era manifiesto y en 2013 aún continuaba.

Una de las formas más socorridas para debilitar la moneda es que los Bancos Centrales de los países inyecten dinero en el sistema. Para ello pueden mantener los tipos de interés oficiales del dinero muy bajo o imprimir dinero directamente. Estados Unidos, Japón o Inglaterra lo han hecho, mientras China ha mantenido sistemáticamente su moneda, el yuan, artificialmente bajo para promover sus salvajes exportaciones.

Incluso el Banco Central Europeo ha realizado inyecciones de dinero aunque el Euro se ha debilitado menos que el dólar, el yen o la libra desde 2010 a 2013. Precisamente muchos políticos y empresarios de la zona Euro se han quejado de la dificultad de competir con otros países con un Euro demasiado fuerte y que no reacciona para debilitarse mientras bajan el dólar o el yen.

Empobrecimiento encubierto:
La devaluación de la moneda de un país es un empobrecimiento encubierto. En un principio no se nota demasiado, aparentemente todo sigue igual, pero poco a poco, debido a que los productos que se han de importar son más caros y algunos son imprescindibles, como los carburantes, se produce una inflación de precios que lentamente se come la ventaja de la devaluación.

Además, la devaluación, bien sea ofreciendo bajos tipos de interés del dinero para préstamos o imprimiendo dinero directamente, produce reactivaciones momentáneas de la economía de un país pero encubriendo problemas estructurales de la misma.

Si los países se dejan llevar por la guerra de las divisas, no se producirán con la suficiente rapidez las correcciones que sean necesarias en las estructuras económicas para volverse más eficientes y a la larga se produce un empobrecimiento generalizado y a inflaciones de moneda que pueden descontrolarse.