No hay nada como unos
traseros macizos para conseguir una publicidad contundente. El que quiera que
la vista del consumidor vaya hacia su anuncio, no tiene más que emplear un buen
pompis en el trasero. Se asegura que los hombres lo mirarán y por lo visto,
también las mujeres. Aparte de las que sean lesbianas, parece que las féminas
miran esos letreros para comparar las nalgas con las suyas propias.
Ahora bien, no todos los
letreros con traseros son mera exposición de la redondeada anatomía trasera. Los hay que son realmente ingeniosos, como alguno que pongo aquí. El que advierte sobre la
contaminación de aguas y ambiental, el que aconseja que te agaches a recoger la
caca de perro o que compres unos vaqueros tienen su ingenio. Otros son más
simples pero consiguen su objetivo de que la gente los vea.
Porque sucede con muchos
anuncios que son muy trabajados y con mucha calidad pero hay tantos que la gente
cruza delante de ellos y no los ve realmente. Sin embargo, cuando en el cartel
hay unas buenas posaderas, la cosa cambia. Enseña el trasero, pon tu marca y
serás conocido.
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