El caso del jubilado jeta gorrón
de fiestas es el de Claude Kazizian, que se auto invitó durante años a los
grandes actos oficiales. El hombre trabajaba en el servicio de loterías francés
y cuando pasó a la jubilación, dado que parece que tenía ansias de figuración así
como de degustar buenos canapés y vinos,
decidió asistir a grandes eventos como si fuera una alta personalidad.
Comenzó sus andanzas sobre
el año 1990. Se procuró algún buen traje y esmoquin, para según que ocasión, y empezó
a acudir a las grandes paradas. Chirac, Miterrand, Khol y otros mandatarios
europeos empezaron a conocerlo y saludarle pero sin saber realmente quien era. Cada
representante de un país pensaba que era otro país el que había invitado a
aquella persona desconocida.
La foto adjunta anterior
muestra a Kazizian posando en 1995 en una gran parada de dignatarios políticos.
Ahí fue la primera vez que la prensa se fijó en él y empezó a preguntarse que
quién era, porque no lograban ubicarlo para explicarlo a sus lectores.
Cuando en ese mismo año de
1995 se celebró una recepción en la Embajada de España en París el triunfo del
ciclista Induráin en el Tour de Francia, Kazizian logró asistir y se ubicó al
lado de la Infanta de España Elena. Hizo
buenas migas con ella, le llevó en su coche al salir e incluso invitó a
Kazizian a asistir a la fiesta que por la noche se celebraría en la Embajada. Lo
bueno del caso es que el jubilado jeta no sabía quien era la dama. Antes de
bajarse del coche le preguntó que quién era y ella le respondió que era la hija
del Rey de España.
El hombre siguió haciendo de
las suyas y otro gran éxito fue colarse en el festival de Cannes, logrando
sentarse al lado de los actores Michael Douglas y Sharon Stone, grandes
invitados al festejo. Estuvieron departiendo y engullendo cócteles juntos.
Su osadía le llevó a asistir
a la boda del Príncipe Joaquim de Dinamarca. Había acordado con un periódico
local sacar fotos del evento de forma oculta. Pero eso le perdió. Algunos
invitados se fijaron en que hacía algunas cosas raras y avisaron a los
servicios de seguridad que descubrieron que no tenía invitación para el acto. La
policía se lo llevó detenido y parece que desde entonces nuestro jubilado dejó
de entrometerse en los actos oficiales.
Cuando al final se descubrió el pastel, Kazizian no tuvo empacho en contar sus trucos. Iba bien trajeado y se pegaba a algún dignatario de un país extranjero poco conocido cuando éste iba a entrar en el recinto de seguridad del evento. Como iba bien vestido y pegado al político, una vez que el político presentaba sus credenciales para entrar, la seguridad dejaba entrar a Kazizian que se había puesto al lado del otro. Todos daban por sentado que iban juntos.
Todos sus trucos y andanzas
los describe en un libro, que se titula Monsieur Claude, ¿quié es?. Se refiere a que cuando la prensa francesa empezó a preguntarse que quién era el hombre desconocido que tanto aparecía en las fotos oficiales le llamó el Señor Claude X.
Otros artículos de curiosidades:
Botella con mensaje recuperada
Saludo militar: curiosidad histórica
Relato bíblico falso: Goliat
3 comentarios :
Pues hay que tomar nota, pues con la pension que me va a quedar si algun dia puedo comer gratis, eso que me ahorro.
Sr. Periódico, al menos Ud. aspira a cobrar pensión.
Lo que hacen algunos con tal de comer de gorra jajajaja
Publicar un comentario