Una forma de ligar a lo gamberro,
por así decirlo, es el de pinchar ruedas. Es un método que usó un joven
empresario japonés, Yoshihito, durante un año, 2012. Iba a los aparcamientos de
los centros comerciales y esperaba a que aparcase una mujer que a él le
pareciera deseable. Cuando ella entraba en el comercio, él pinchaba una rueda
del vehículo que la mujer había dejado en el parking.
Después esperaba en su
propio coche a que la víctima apareciese. Cuando la mujer iba a entrar en el
vehículo, el hombre hacía que pasaba por allí como quien no quiere la cosa e
indicaba, “anda, si esa rueda parece que está pinchada”.
Entonces la mujer se echaba
a las manos a la cabeza al comprobar que así era pero allí estaba el caballero
salvador que iba a ayudarla a cambiar el neumático. Yoshihito se ponía manos a
la obra e iba mientras tanto confraternizando con la dama. Ella estaba
impresionada por aquél caballero andante que cambiaba ruedas y al final, le
daba su teléfono o iba al catre directamente con él en algunos casos.
¿Cómo le descubrieron?.
La actividad ligona gamberra
del joven empresario era tal que se estima que pinchó más de mil neumáticos. O
sea, que conoció a más de un millardo de mujeres. No es raro que de repente
surgiera una casualidad.
Una mujer “pinchó” en el
parking de un centro comercial y le contó a una amiga cómo había salido del
apuro gracias a un amable caballero que le cambió el neumático. La otra, al
escuchar aquello, le respondió que ella también había “pinchado” en ese centro
comercial y que la descripción del caballero andante era similar a la del que
le había ayudado a ella.
Total, que una le enseñó la
foto del caballero a la otra y comprobaron que era el mismo. Se dieron cuenta
de que habían sido víctimas de un timo de ligue. Y fueron a denunciarlo. La
policía interrogó al joven empresario que se vino abajo y confesó todo, como se
beneficiaba a una gran cantidad de damas en apuros que recompensaban su
generosa ayuda dejándole holgar con ellas.
A raíz de que se dio
publicidad al caso, más mujeres presentaron denuncias por haber sido seducidas
de mala manera por aquél ligón que además les había fastidiado una rueda, con
el coste económico que conllevaba.
Parece ser que el ligón está
tratando de llegar a un acuerdo con las damnificadas que ha puesto denuncia
para evitar ir a juicio a cambio de una compensación económica.
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2 comentarios :
La avaricia rompe el saco
No se menciona si el ligon era un empresario del sector del automovil... Vamos que si vendia ruedas jajaja
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