La felicidad femenina y la
genética está relacionado según investigaciones llevadas a cabo en la
Universidad de Florida Sur. Cuando las féminas son felices se debe a un gen
cuyas siglas con MAOA que gestiona la producción de una encima que hace
producir serotonina y dopanima, que son neurotransmisores que causan sensación
de dicha.
El gen MAOA no hace el mismo
efecto en los hombres. Mientras que en los estudios llevados a cabo se vio que
las mujeres que lo portaban eran más felices que las que no lo tenían, no
sucedió igual con los hombres: en estos no influye.
Lo que esto indica es que
las mujeres dotadas genéticamente con el MAOA tienen más predisposición a
sentirse dichosas que las que no lo tienen. Naturalmente, hay otros factores
que en la vida cotidiana producen sensación de dicha o de desgracia. No es lo
mismo que te toque la lotería a que te estrelles con el coche.
Pero a igualdad de
condiciones, si que la genética influye en que las féminas se sientan más o
menos felices. Las geneticamente dotadas para ello requerirán menos estímulos
para experimentar felicidad que las restantes.
Ello puede explicar el que
muchas mujeres recurran a compras compulsivas como método de experimentar
placer mientras otras no necesiten tanto de esos estímulos para sentirse bien. Cabe suponer que en la relación de pareja, las exigencias sobre los hombres de las mujeres dotadas de forma genética para la felicidad serán menores que las que requerirán el resto de féminas.
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