Un poco del miedo al dentista en forma de memes. Ir a que te manipulen en la boca es algo molesto que a muchos provoca casi pánico. La anestesia pectoral, la tetanestesia, que se observa en la imagen anterior es el procedimiento contrastado que más funciona para tranquilizar a los hombres cuando están en el sillón de la tortura. El tío se ha quedado en la gloria mientras le taladran en la boca. De hecho, estuvieron dos horas así, venga hurgar y taladrar y al hombre le pareció poco. De hecho, no se quería ir. Tuvieron que sacarlo a tirones del sillón.
La imagen anterior muestra como a pesar de los esfuerzos del odontólogo para hacerme más agradable lo que suele ser un mal trago, no puedo por menos que imaginarme lo peor. Se agredece el humor pero uno sabe que en cualquier momento aparecerá el taladro que perforará en tus dientes. Y el taladro lo ve uno como un cincel que va a golpear en tu dentadura.
Y ahora otro sobre la realidad de como veo al dentista simpático mientras estoy sentado en el sillón. Por mucho que se ponga la máscara graciosa de casi payaso, mi cerebro se empeña en ver algo muy diferente.
Y ahora otro sobre la realidad de como veo al dentista simpático mientras estoy sentado en el sillón. Por mucho que se ponga la máscara graciosa de casi payaso, mi cerebro se empeña en ver algo muy diferente.
Lo que nos enseña el meme anterior es que por mucho esfuerzo que haga el dentista, lo que uno piensa es en el taladro. Te anestesian y apenas vas a notar al torno perforador pero la imaginación te lleva a asociarlo con una gran taladradora industrial actuando en tu boca. En definitiva, muchos consideran que su paso por el sillón del odóntologo es lo más parecido a una sesión de tortura. Sesión que además has de pagar y no es barata.
La odontología ha perfeccionado mucho su técnica y sus medios, con anestesias, implantes y demás, pero sigue implicando abrir la boca durante mucho tiempo, con el aspirador de saliva, el taladro, el cortar encías y coserlas, etc. Es una lástima que no hayamos evolucionado como los tiburones: cada vez que pierden un diente, les crece de nuevo. Indefinidamente. Muerden como bestias y pierden piezas frecuentemente. No les importa. Les vuelve a salir una nueva pieza reluciente y afilada lista para morder de nuevo.
La odontología ha perfeccionado mucho su técnica y sus medios, con anestesias, implantes y demás, pero sigue implicando abrir la boca durante mucho tiempo, con el aspirador de saliva, el taladro, el cortar encías y coserlas, etc. Es una lástima que no hayamos evolucionado como los tiburones: cada vez que pierden un diente, les crece de nuevo. Indefinidamente. Muerden como bestias y pierden piezas frecuentemente. No les importa. Les vuelve a salir una nueva pieza reluciente y afilada lista para morder de nuevo.
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