Dentro del apartado de turismo y negocios traigo hoy lo del hotel prisión es una forma de turismo que se ofrece en Letonia. A alguien se le ocurrió dar un uso comercial a esa cárcel abandonada. El hotel Karostas está ubicado en una antigua prisión del servicio secreto soviético KGB. Como se sabe, Letonia es un país báltico que fue ocupado por la URSS hasta que el régimen comunista se desintegró. La idea empresarial fue utilizar este centro de detención y tortura para reconvertirlo en hotel para gente que busca emociones fuertes o revivir situaciones históricas.
El hotel ofrece camas de hierro, duchas frías y comida carcelaria. Incluye también la limpieza de servicios y hasta castigos por no cumplir con lo que te ordenan. Los gritos están asegurados. Al inscribirte en el hotel, tienes que firmar aceptar las condiciones: serás un prisionero. Tiene extras como someterte a un interrogatorio o convertirte en vigilante de seguridad. También dispone de museo.
O sea, que no esperes que te den los buenos días por la mañana. Ahí pagas por ser un prisionero. Supongo que si te quejas de que el croissant del desayuno estaba duro te dirán que cierres la boca, maldito prisionero, que te has creído que es esto, ¿un hotel?.
Hay quien considera que es una forma de banalizar el horror que tuvo que ser ese lugar en manos de los comunistas soviéticos. Pero también permite recordar que eso existió. Y que incluso quedan aún en el mundo partidos comunistas que prometen el paraíso proletario. Y es una experiencia para los que gustan de turismo histórico.
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