Un poco de bricolaje si quieres hacerte tú mismo un disfraz de pirata de lo más fetén. Se muestra en la imagen anterior. Es lo básico. Aunque se muestra claro lo que hay que hacer, por si no cargara la foto, el asunto va de que tienes que sacarte un ojo y poner un parche negro sobre el agujero. Después, cortarte una mano y sustituirla por un garfio. Además de cortarte una pierna y sustituirla por un palo. Hay discusiones sobre si la pierna de madera ha de ir en el mismo lado del cuerpo que la mano con el garfio o al revés. Arrancarse unos dientes también perfecciona el disfraz. Y deja de afeitarte.
Piénsalo bien antes de hacerlo, que después es tarde. Es importante que te consigas un loro y si dice palabrotas, mejor. Si no, tendrás que enseñarle. Si sigues todas las instrucciones, darás la campanada en la fiesta de disfraces a donde vayas. Y ahora, un poco de cultura sobre el tema para completar.
MIENTRAS TANTO CULTURILLA PIRATA
Si vas a ir disfrazado de pirata, conviene tener algo de culturilla sobre el asunto. La verdad es que los piratas eran gente cruel y temible. Bromeamos sobre ellos pero no nos hubiera gustado caer en manos de uno de ellos si hubiéramos ido en un buque mercante o de pasaje de la época y fuéramos abordados.
No debe confundirse, por otro lado, corsario con pirata. El corsario actuaba a las órdenes de un Reino. Recibía de un Rey lo que se llamaba patente de corso, que era una autorización para incautar a los buques mercantes que enarbolasen bandera de un país enemigo. El corsario se acercaba a un buque mercante que considerase presa y le conminaba a rendirse. Si se rendía, la tripulación del buque apresado era respetada y la carga y el barco pasaba a propiedad del corso, teniendo que entregar un porcentaje del valor de lo incautado a la corona que había emitido la patente.
Es decir, el corsario se regía por unas ciertas normas de conducta, al menos en teoría y debía rendir cuentas ante la autoridad que había emitido su patente de corso. Por contra, el filibustero era un asaltante de los mares que se dedicaba a robar y asesinar según su gusto.
A continuación, ejemplo de un feroz pirata. Pero que conste que no es para que sigas con el bricolaje y pretendas consumar a tope tu disfraz comiéndote corazones de invitados a la fiesta:
De propina, un mapa para que no te pierdas por esos mares:
1 comentarios :
Al disfraz le falta el carnet de la UGT O CCOO
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