Seductoras de tuiteros en acción

Veamos algo sobre las seductoras de tuiteros en accion con un poco de humor. Les acechan para tentarles y distraerles. El objetivo es que dejen de tuitear. Parece ser que los motivos por lo que esas mujeres hacen eso son variados. Por un lado están las que tienen blogs personales. Twitter ha hecho que disminuya el número de visitantes y comentaristas en los blogs. Además, llega el momento en que los tuiteros son incapaces de leer más allá de dos líneas. Un post de un blog de tipo medio, incluso corto, les parece El Quijote. Seduciéndoles, esperan quitarles la adicción a tuitear continuamente.

Otras seductoras se dedican a ello para probarse a sí mismas su capacidad de seducción. No es fácil seducir a un tuitero y conseguir que deje de escribir en la red social. Está todo el rato escribiendo tuits o pensando en el siguiente que va a poner. Cuanto menos tiene que decir, más lo dice. O sea, está siempre ocupado con Twitter. Que una seductora logre arrancarlo de sus tuits indica la gran capacidad de ella de arrastrar a los hombres.

Aunque es difícil, algunas consiguen engatusar a alguno. Aquí vemos como un joven tuitero cae presa de las artes de esa arpía que se desabrochó la blusa. Él no había visto semejante cosa nunca. Sólo conocía el teclado de su ordenador y el pájaro de Twitter. Pero de repente notó que otro pájaro se despertaba en él. Fue su fin. Ella le obnubiló los días siguientes de tal forma que él no tuvo tiempo siquiera para tuitearlo. Lleva dos meses desaparecido. Los jóvenes son fácil presa para las tentadoras por su inexperiencia.

Pero no pensemos que solo los jóvenes caen en la tentación. Aquí vemos como un curtido tuiteador, de los primeros que pusieron un tweet, también cae en la redes de otra. Ha pasado ya un mes desde que fue seducido y no se ha vuelto a saber de él en Twitter. Era un hombre que no tardaba más de cinco minutos entre un tuit y el siguiente. Probablemente ella lo está sometiendo a todas sus artes eróticas para que no le queden fuerzas ni ganas de volver al teclado. Si alguien tan curtido como él ha caído cualquiera puede hacerlo.