La imagen anterior nos muestra el chiste de la suegra cocinera que la palma haciendo la cena al yerno jeta que si no llega a ser por la lata, se va a la cama con hambre. Muchos hombres son reacios a cocinar y prefieren echar mano de cualquier cosa para comer antes que echar mano de la sartén. Dependen generalmente de su madre, de su esposa, de su novia o de su suegra, si quieren comer algo más que embutidos o conservas. Veamos ahora la situación de pareja y el olor de la comida: una historieta que es algo machista, desde luego, pero es una situación que se da:
Vamos ahora con otro chiste, el de la suegra sorda:
Un hombre tiene una suegra con la que no se lleva muy bien y que se ha quedado casi sorda. Cada vez que ve a la suegra se divierte y desahoga soltando insultos y groserías ya que ella no oye. Un día llega la suegra a casa. El hombre abre la puerta y le dice sonriendo: “Pase, pedazo de bruja asquerosa y repelente. ¿De donde viene con esa cara repugnante, vieja zorra”. Y la suegra le mira con ojos asesinos y le contesta: “Vengo de ponerme un audífono, maldito sapo hediondo”.
Y finalmente algo que puede suceder a la hora de buscar pareja. El que encuentra una posible pareja ha de plantearse si le gustará a su padre o a su madre. Es raro que les guste a los dos. En general, si una novia le gusta al padre, es más difícil que le guste a la madre. Y viceversa.
1 comentarios :
Yo tengo una suegra adorable. Es mucho peor mi cuñada, esa si que me da miedo.
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