El paso de la Eurolandia
feliz al Eurocaos bananero se produjo en pocos años desde que el Euro se
implantó como moneda única en un conjunto de países de la Unión Europea (UE).
De los 27 países de la UE, son 18 los que en 2014 forman parte del Euro.
En 2002 se adoptó dicha
moneda única demasiado alegremente. Todos los que se integraron carecían de
voluntad de actuar dentro de la rígida disciplina económica que exige una moneda
que cada país que la ha adoptado no puede imprimir ni devaluar unilateralmente.
Así, lo que parecía la entrada en el reino de Jauja se convirtió en 2008 en indigestión con diarreas generalizadas. Las deudas privadas y públicas de los países miembros del club del Euro no cesaron de crecer. Se comenzó a vivir del crédito como si uno pudiera endeudarse eternamente. El mal olor comenzó a extenderse por el Eurocaos.
Muchos manejaban un
argumento correcto en principio: cada país es una región de Eurolandia. Pero no
era cierto. Cada país seguía siendo un Estado con capacidad de decisión de
gasto. La integración en una moneda única exige que los países cedan soberanía,
sobre todo la soberanía económica. Porque lo que malgasta un país repercute
sobre los demás.
La revista Eurocaos muestra en su portada un resumen de los males que aquejan a la alegre incorporación a la moneda única. |
La dilapidación del dinero
público y el estallido de burbujas como la inmobiliaria, sobre todo en los
países conocidos como PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y Spain) llevó a
Eurolandia al borde del pánico en 2008: era el Eurocaos.
Debió abordarse entre todos los países miembros como si fuera una situación de guerra pero lo que predominó fue la demanda de papel higiénico por cada uno de ellos. Pero las diarreas eran muy fuertes y los retretes se atascaron.
A la desesperada, se hicieron quitas de las deudas en algunos países, como Grecia o Chipre. Se entraba de lleno en el Eurocaos bananero: las deudas soberanas de los países dejaban de ser sagradas y eso nada menos que en la “civilizada Europa”. Después se pensó en meter mano a los depósitos de los clientes en los bancos: se comenzó en Chipre.
Eurolandia, de ocurrencia en ocurrencia dando tumbos, con cada país pensando en sacar tajada de los demás sin enmendar los errores internos de cada cual, el Eurocaos se implantó en la zona Euro. Mientras tanto, en un barullo de idiomas, ha crecido un monstruoso andamiaje burocrático.
Otra portada de la revista donde incide en mostrar una especie de zombilandia |
Alemania no tiene suficiente potencia para tirar de países con graves problemas estructurales internos, sobre todo exceso de malgasto público y de corrupción. |
Lo que propone Sinn es algo que debió establecerse de forma seria cuando se fundó el Euro. Si un país actúa de forma irresponsable, repercute sobre los demás miembros del club. |
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