El caso de la chica
histérica que grita al verse gorda sucedió en un viaje en metro como veremos
después en un vídeo corto viral. Ella va tan tranquila sentada en su asiento y
de repente se mira, se ve entrada en carnes y se desmelena en aullidos de todo
tipo.
El algo inquietante observar
esos gritos desgarradores, como si estuviera poseída por algún espíritu maligno
o similar. Salvo que te lo tomes en plan de humor negro.
Es como si de repente
hubiera tenido un ataque de obesofobia, o sea, la fobia a estar gordo, el
pánico a engordar. No cabe duda que es mejor no estar gordo, tanto por razones
de salud, de agilidad y de estética pero los que padecen de obesofobia sufren
por ver que aumentan de volumen sin que tal cosa sea cierta o cuando dicho
aumento es muy pequeño.
Esa fobia es un grado menor
a lo que se conoce como anorexia, que es un desequilibrio nervioso que hace
pensar al que lo padece que nunca está suficientemente delgado. Su ideal sería
lucir el esqueleto y la piel únicamente.
El trastorno no está en querer ser delgada, sino en no querer ser gorda. Parece lo mismo pero no lo es. Las obesofóbicas asocian la gordura con características negativas, no desde el punto de vista de la salud, sino desde el punto de vista social. Para ellas la delgadez es un símbolo positivo y la obesidad es un símbolo negativo absoluto más allá de lo razonable.
El que renuncia a comer un postre porque no quiere engordar actúa dentro de lo razonable. Preocuparse por mantenerse dentro de un peso adecuado es normal, pero la fobia es algo más: es un temor permanente a ganar peso incluso aunque no se gane o se adelgace. Puede producir pánico sin que haya motivos para ello. Por eso es un trastorno.
La fase siguiente puede ser la anorexia. Es cuando del temor se pasa a la acción por métodos extremos e inadecuados: vomitar o emplear laxantes en un desenfrenado intento de alcanzar la perfección de una delgadez que además nunca es suficiente. Pero la sensación de culpabilidad les disminuye al vomitar o tener una diarrea. Lo que pasa es que esto produce otras alteraciones en el organismo por déficit de alimentación y el problema se agrava hasta el punto de ser motivo de tratamiento psiquiátrico.
¿Porqué es un trastorno?
El trastorno no está en querer ser delgada, sino en no querer ser gorda. Parece lo mismo pero no lo es. Las obesofóbicas asocian la gordura con características negativas, no desde el punto de vista de la salud, sino desde el punto de vista social. Para ellas la delgadez es un símbolo positivo y la obesidad es un símbolo negativo absoluto más allá de lo razonable.
El que renuncia a comer un postre porque no quiere engordar actúa dentro de lo razonable. Preocuparse por mantenerse dentro de un peso adecuado es normal, pero la fobia es algo más: es un temor permanente a ganar peso incluso aunque no se gane o se adelgace. Puede producir pánico sin que haya motivos para ello. Por eso es un trastorno.
La fase siguiente puede ser la anorexia. Es cuando del temor se pasa a la acción por métodos extremos e inadecuados: vomitar o emplear laxantes en un desenfrenado intento de alcanzar la perfección de una delgadez que además nunca es suficiente. Pero la sensación de culpabilidad les disminuye al vomitar o tener una diarrea. Lo que pasa es que esto produce otras alteraciones en el organismo por déficit de alimentación y el problema se agrava hasta el punto de ser motivo de tratamiento psiquiátrico.
Lo cierto es que hay mujeres
que son de curvas abundantes y están de buen ver. Se mantienen en un límite
entre el estar delgadas o estar gordas. Suelen ser las que más miradas
masculinas atraen. Pero para la que padece fobia a la obesidad, estar como la mujer de la foto inicial de este artículo, sería un sufrimiento.
Vamos a ver el vídeo corto viral sobre la chica histérica: cabe pensar que su reacción se debe tanto a su rechazo a la gordura como a estar bajo los efectos de la bebida o de alguna droga, porque actúa un poco como poseída o alucinada:
Pondré algunas fotos de lo
que los hombres entienden por mujeres macizas y que parecen estar contentas con
sus curvilíneas figuras. Sus traseros son más bien abundantes si bien es cierto
que mantienen a raya su cintura.
1 comentarios :
Me ha encantado el humor y la realidad de tu blog
un abrazo
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