Trabajar en casa está cuestionado desde algunos ámbitos. Ha vuelto a ser tema de debate después de que se supiera que Yahoo había cursado una advertencia en Febrero de 2013 a sus empleados sobre que tendrían que volver a trabajar en la oficina.
Uno de los razonamientos en dicho aviso era que el contacto físico de los empleados daba lugar a buenas ideas y decisiones, mientras que en casa disminuye la rapidez y calidad del trabajo. El de la foto anterior tampoco es entusiasta de ese modo de trabajar, según se desprende de su sarcástico comentario.
Tampoco parece que ese modo de trabajar levante pasiones en Google, que tiene fama de dar mucha libertad a sus contratados. Se cuenta la respuesta que P. Pichette, director financiero de Google dio cuando le preguntaron sobre cuantos empleados trabajaban en sus casas. Respondió que “la menos posible” y también considera que es positivo que gente intercambie opiniones estando presente en la oficina de la empresa.
El estar en casa hace que el empleado no sea visible físicamente. Salvo que se trate de alguien de gran reputación y ya no lo necesite, puede conducir a que no se le considere a la hora de premios o ascensos. No puede competir con los pelotas que sí están en la oficina, por ejemplo. Y si hubiera una reducción de plantilla, siempre es más fácil largar a alguien al que no se le ve la cara a diario.
Una gran ventaja para el que puede trabajar desde su casa es la flexibilidad del horario y evitarse desplazamientos. El caso es que el trabajo se haga para la fecha convenida. Da igual a que hora del día se realice. Pero quizás su ansia de hacer méritos desde casa le lleve a excederse en el número de horas de trabajo, sin desenganchar realmente en todo el día.
Creo que hay trabajos que se pueden hacer desde casa, como pueden ser trabajos que dependan en gran medida del talento del que los hace. Por ejemplo, un traductor, un corrector de textos, un diseñador gráfico, un programador y así.
Si el trabajo necesita permanente supervisión o aprobación de superiores es más difícil hacerlo fuera de la oficina porque supondría estar continuamente enviando y recibiendo correos electrónicos con borradores y correcciones.
Todo apunta a que cada vez habrá más trabajos que se puedan desarrollar desde casa por el avance de las tecnologías, pero está lejos de que eso se generalice. No te pueden cambiar un grifo por Internet.
Vacaciones sin límites
Quien sí parece confiar en
la flexibilidad laboral es Richard Branson, fundador de Virgin, empresa aérea,
de ferrocarril, de viajes, telefónos o TV y que es de lo más ricos del Reino
Unido. En Septiembre de 2014 anunció que daba vacaciones sin límites a sus
empleados de la sede central, unos 170.
Dijo que la flexibilidad en
el trabajo iba a más, que ya no eran tiempos de trabajar en horario rígido y en
eso iban incluídas las vacaciones. Así que cada uno de esos trabajadores puede
coger las vacaciones que quiera sin pedir permiso, quedando a su
responsabilidad
Dice que deja a los
trabajadores esa libertad en el entendido que ellos se irán cuando estén
totalmente seguros que su ausencia no perjudicará al negocio ni a sus carreras
profesionales porque tienen totalmente controlados los proyectos en los que
intervienen.
No cabe duda de que en
ciertas actividades es posible actuar de ese modo, sobre todo cuando el trabajo
sea muy individual y pueda realizarse incluso fuera de la oficina. Otra cosa es
que puedan hacerlo pilotos, maquinistas de tren o gente que recibe público,
porque sería el caos. Como no tienen ni que avisar que ese día están de
vacaciones no se sabría si un avión o un tren iba a salir o no. Y el público
que acudiera a consultar o realizar trámites se podría encontrar con la silla
vacía.
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