Un curioso sillón que se podría catalogar como para caballeros viciosos. Está lleno de recovecos por dentro para guardar cosas variopintas. Por ejemplo, una colección de fotos de damas ligeras de ropa como las que se muestran a continuación.
Las fotos de las damas están en el respaldo de la butaca que está dotada de un atril para poder colocarlas allí y observarlas detenidamente. También en el respaldo se encuentran los vasos y copas para servir bebidas.
¿Dónde están las bebidas?. Los brazos del sillón del vicio son el lugar donde se guardan las botellas de los licores.
Otros cajones ocultos sirven para guardar barajas, tabaco, etc. Incluso también contiene un ajedrez completo para echar alguna partida con alguien que venga de visita.
En fin, una obra propia del siglo XIX, cuando no había Internet, ni radio, ni televisión, ni móviles: un sillón hecho como centro de entretenimiento más bien vicioso sin que el caballero propietario tuviera que levantar su trasero del asiento.
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