El caso de la falsa asesinada

Un suceso propio de guión de película es el caso de la falsa asesinada que relata el periódico brasileño Oglobo. Nilza, una mujer celosa por creer que su marido tenía una amante, Lupita, decidió matarla y para ello encargó el crimen a un expresidiario, Carlos Roberto. Para ello, le pagó mil dólares. Pero Carlos Roberto, conocía a la que debía ser su víctima y además, le gustaba. Así que lo que hizo fue enrollarse con ella y contarle todo. Y entre ambos, fingieron el asesinato para satisfacer a la celosa esposa.

Lupita, la falsa asesinada, en una entrevista.

De modo que ella se cubrió con salsa de tomate, se desgarró la camiseta y se colocó un cuchillo entre el torso y el brazo. Carlos Roberto tomó una foto de la supuesta macabra escena y se la remitió a la mujer que le había contratado, Nilza, la cual se quedó muy satisfecha de la efectividad del sicario. Pero un día, en una feria, Nilza vió al sicario besándose con Purita, la que se suponía muerta. Entonces revisó mejor la foto de la “asesinada” y tomó conciencia de que la habían engañado. Y ni corta ni perezosa, se presenta ante la policía para reclamar que el tal Carlos Roberto la había estafado mil dólares haciendo creer que había matado a la supuesta amante de su marido. Lógicamente, la reacción estúpida de Nilza hizo que ella y el sicario contratado acabaran detenidos. Carlos Roberto adujo que él había simulado aceptar el caso porque necesitaba el dinero.

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