El caso insólito de
la mujer desaparecida que se busca a sí misma sucedió en Islandia en Agosto de
2012. Un autobús que lleva turistas a ver un valle volcánico transportó a un
grupo de ellos. Y el conductor se había fijado en una mujer de rasgos
orientales, más bien menuda, que hablaba inglés y vestida de negro a la que no
vió regresar a la hora convenida. Dicha mujer, cuyo nombre no ha trascendido y a
la que llamaré Chulan, se había puesto otra prenda sobre la ropa oscura y el chófer
del autobús no la reconocía, se ofuscó.
El conductor avisó a
los turistas que esperarían a que regresara una turista que faltaba. Todos
esperaron, incluso Chulan, que no sospechaba que la que supuestamente no había
regresado era ella. Al cabo de una hora el conductor decidió arrancar e ir
hasta el puesto de policía más próximo para denunciar la desaparición.
Un importante
dispositivo de búsqueda se puso en marcha. La zona es escabrosa y se estimó que
podría haber sufrido un accidente de caída. El conductor hizo una descripción
de la persona que según él faltaba y a su manera. Helicópteros, policías y
hasta los turistas del autobús empezaron a buscar por el valle volcánico.
Como ese día no
encontraron nada, siguieron al día siguiente hasta las tres de la madrugada. Se
pensó que podía haberse despeñado y caído al mar, con lo que organizaron una
patrulla marítima que no pudo salir por mal tiempo.
Al otro día,
comenzaron de nuevo las pesquisas. Fue cuando Chulan, mientras buscaba con los
otros, a raíz de conversaciones con policías y otros turistas empezó a pensar
si la persona a la que se refería el conductor no sería ella.
Así que se la
presentaron al conductor vestida de negro como iba aquél día de la excursión y
finalmente el hombre se percató de que efectivamente esa era la mujer que él
había dado por desaparecida. Y todo el dispositivo de búsqueda se desactivó. Aunque con molestias y gastos, la historia no tuvo un final trágico como todos temían.
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4 comentarios :
¡La que se puede montar por un despiste!
¡Muy fresca y natural la propaganda de Google!
Zorrete:
Eso por lo visto lo había hecho. Pero su percepción visual le hizo creer que había contado mal: la mujer vestida de negro y menuda no estaba. Entre la cifra y esa imagen que él consideró que no veía, pudo más la imagen. El cambio de color de la ropa de la mujer le confundió totalmente.
Rosa:
Está claro que fue una ofuscación del conductor. De todos modos, creo que mejor es una falsa alarma que dejar a alguien abandonado a su suerte si hay duda. El fallo es del sistema. Debería darse una tarjeta con número a cada persona que se baja del autobús y recogerla cuando se sube. Eso en todas las excursiones, porque también se ha dado el caso contrario, que el autobús se vaya creyendo que están todos a bordo cuando no es así. La persona que hace turismo en solitario siempre está expuesta a más percances. El turismo está pensado para rebaños.
Pobre hombre, son cosas que pasan. Cuando te ofuscas se altera la perecepción de la realidad. Qué raro que ningún pasajero se fijase en el cambio de look de la china...
Como todos los chinos se parecen...
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