Ante la corrupción, cada vez
son más los ciudadanos que exigen la igualdad de oportunidades, como muestra el
foto meme adjunto. Miles de cargos políticos acceden a puestos donde se maneja
dinero público o donde se tiene el poder de decisiones económicas. Y montones
de ellos trincan parte de ese dinero o cobran comisiones por favorecer con sus
decisiones a ciertos sectores empresariales.
En otras ocasiones, la
corrupción no es tan directa, sino que las mordidas son en forma de buenos
empleos para los familiares y amigotes de los políticos o buenos puestos en
empresas y consejos de administración cuando acaban quemados en la política.
Los ciudadanos no ven ánimo
de combatir la lacra de la corrupción así que exigen que se abra la puerta a la
rapiña para que todos podamos participar. Algo así como la democratización de
las corruptelas. Porque los partidos políticos se han convertido en una especie de refugio de castas con derecho al expolio donde no pueden acceder los ajenos al círculo de parientes y allegados.
El lema podría ser el de “mamandurria
para todos”. El problema es que de donde saldría pasta para que todos pudiéramos
trincar. Quizás sería más prudente que fuéramos hacia una corrupción sostenible,
como pide el Partido Trincón: trincar pero sin pasarse.
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