Abogados, honradez y mala fama

Hablando de abogados y honradez, generalmente los letrados tienen mala fama. No por su mayor o menor honradez a nivel personal sino porque mucha gente tiene la impresión de que alientan a sus clientes a ir por caminos que están en el filo de la Ley. Es lo que insinúa el chiste meme adjunto. Quizás la mala fama de los abogados se ve reforzada porque muchos que han estudiado Derecho se dedican después a la política, otra actividad que despierta cada vez más recelo entre muchas personas. 

Contaba en una ocasión un juez que al preguntarle al acusado, un atracador, que cómo habían sido los hechos acaecidos, el chorizo le respondió que era su abogado el que sabía de verdad lo que había pasado. Y otro acusado, al preguntarle si pensaba decir la verdad, respondió con todo el desparpajo que si pensara decir la verdad no hubiera contratado a un abogado tan caro como el que él tenía. Y ahora veamos una anécdota del escritor británico Bernard Shaw referente al tema de la abogacía.

La anécdota del desafío del abogado sucedió con el escritor Bernard Shaw. En una cena en la que estaba Shaw había un cirujano y un abogado que charlaban con él. El abogado retó a Shaw a hacer una historia corta donde los protagonistas fueran precisamente un cirujano y un abogado. Entonces el escritor hizo el siguiente relato corto:

“Un cirujano decidió operar a un paciente pero al abrirle no encontró el daño que esperaba. A fin de cobrarle por la operación sin remordimientos decidió extirparle algo y le extirpó la conciencia. Cuando el paciente se recuperó, ya sin conciencia, se convirtió en abogado y se hizo rico”.

Bernard Show no tenía buena opinión de los políticos. Pensaba que cuanto más tiempo ejercieran cargos públicos, más se corromperían. Por eso aconsejaba que cambiasen con frecuencia.