Reglas para comer platanos

La banana es una fruta muy especial en las dietas dada su forma fálica por excelencia. Por eso vamos a ver las reglas para comer plátanos que son básicas para que no parezca que estás haciendo algo más que comer una fruta.

En la foto anterior puede verse como una chica pasa su lengua por la fruta para disfrutar de su sabor. Pero es algo que rápidamente será mal interpretado por los malpensados que la vean hacer eso. Y de mal pensados está lleno el mundo.

Si tu pelas un plátano y lo introduces lentamente en tu boca mientras miras a los ojos de alguien fijamente, el mirado puede pensar que le estás haciendo una proposición de algo. De ahí la importancia de las normas de consumo que se exponen aquí si quieres comer la banana en público evitando equívocos.

No se puede abrir la boca y abarcar media pieza por ejemplo. Esa imagen retrotrae rápidamente a escenas del cine para adultos. Por ello hay que morder trozos pequeños, de no más de tres o cuatro centímetros.

Y esos trozos pequeños hay que masticarlos rápidamente, no lentamente, como si estuvieras deleitándote en ello. Y desde luego, sin cerrar los ojos, ya que eso acentuaría el efecto de los malos pensamientos en quien te vea.

Esta imagen es ilustrativa de lo que pasa cuando una chica engulle medio plátano de golpe. Salvo que quiera enviar un mensaje a algún hombre que la mira y al que quiere seducir haciendo propaganda de sus habilidades, ese modo de engullir hay que evitarlo.

En esta foto se observa como cerrar los ojos mientras se tiene un trozo de banana en la boca puede ser mal interpretado por los mirones. Como en el caso anterior, sólo si alguien quiere lanzar un aviso de seducción a otro ha de recurrir a tales posturas.

Esta postura sólo es admisible cuando una está desesperada porque un tío no le hace caso y quiere enviarle un mensaje claro de cual son sus intenciones. Es un mensaje que todos los hombres entienden.

Más de lo mismo. Si miras a alguien a los ojos mientras estás engullendo la pieza será interpretado como una invitación erótica. Si no es eso lo que quieres, hay que tener los ojos abiertos pero sin mantener la mirada de nadie.

Este tipo de auto foto o selfie es un buen procedimiento para obtener muchos "me gusta" en las redes sociales.

Si buscas trabajo en el cine para adultos esta es la forma adecuada en la que debes comer el plátano.

Propiedades del plátano:

Como se sabe es una fruta más bien energética, que contiene vitamina C y B6 así como potaiso y ácido fólico. También contiene hierro, por lo que estimula la creación de hemoglobina en la sangre. Y es regulador de la tensión sanguínea, disminuyendo los riesgos de infartos.

Siempre fue muy apreciado en los lugares donde se disponía de él, como en países tropicales. No contiene colesterol y es bueno para el estómago. Combate la acidez. 

No debe comerse verde ya que es difícil de digerir. Hay que dejarlo madurar y entonces es más comestible, sabiendo mejor y regulando el tránsito intestinal, tanto si se tiene estreñimiento como si se anda con diarrea. 

Uno de los componentes de esta fruta es el triptofán, que al ingerirlo se convierte en serotonina, la cual es antidepresiva y relajante, ayudando a que mejore nuestro estado de ánimo.

Una variedad muy fina y apreciada es la procedente de las Islas Canarias. Son de tamaño más bien pequeños y de muy buen sabor. Podría decirse que es el auténtico plátano.

Aunque generalmente se usa indistintamente el nombre de plátano o banana para designar a esta fruta, no son exactamente iguales. La banana es de color más verde y es más grande y de forma más recta, teniendo algo menos de fibra en su contenido. Es más basta, por así decirlo. 

Realmente, la banana, al madurar, se va convirtiendo en almidón, no en azúcares, por lo que es difícil de digerir si se come cruda y no sabrá bien. Hay que cocinarla, bien friendo o hirviendo. 

Y finalmente, después de estas curiosidades sobre la dieta, veamos la paradoja que suele padecerse. Cuando está muy duro y verde te dices que ya madurará y lo dejas pendiente. Y cuando te quieres dar cuenta, un día lo encuentras tan pocho que ya está casi podrido.