De asombroso suceso histórico cabe calificar al gran falsificador inglés Shaun. Como ejemplo de su habilidad vemos en la foto anterior a la talla conocida como Princesa de Amarna. En 2002 se la vendió al Museo de Boston por más de medio millón de dólares.
Los expertos la dieron por buena. Se trataría de una obra de más de tres mil años de antigüedad que representaba a la hija del faraón Akenatón y de sus esposa Nefertiti.
Los padres de Shaun, que siempre actuaban como marchantes son los que la sacaron a la luz diciendo que siempre había estado en su casa heredada de sus antepasados, los cuales lo habían comprado en una subasta en 1892 porque les había gustado pero pensando que tenía poco valor.
Los expertos tragaron el anzuelo maravillados de lo que tenían ante sus ojos. Sólo cuando más tarde se descubrió que Shaun era un falsificador de todo tipo de obras se dieron cuenta de que esta talla egipcia había sido hecha en tres semanas en un cobertizo que los padres de Shaun habían montado para su hijo desde que este era joven.
Ya de joven, a los 17 años en que dejó de estudiar, dio muestras de talento para el arte. Se percató de que podía falsificar obras. No hacer copias de algo existente sino de pintar o tallar obras originales siguiendo el patrón de una época.
Millones de dólares ingresaron en la familia de resultas de sus ventas a coleccionistas y museos. Aunque ellos siguieron llevando una vida normal de clase media sin grandes lujos. Cuando fueron descubiertos dijeron que no lo hacían por dinero sino por el placer de colocar imitaciones como auténticas en los museos.
¿Como fue descubierto?
En 2007 fue condenado a cuatro años de prisión. Cumplida la condena escribió una autobiografía. En ella apunta que el cuadro "La Principesca", atribuido a Leonardo Da Vinci y valorado en cien millones de dólares es una falsificación hecha por él. Ello ha generado una gran polémica.
En la imagen siguiente podemos ver un relieve supuestamente asirio. El padre de Shaun se presentó con él en 2005 en el Museo Británico preguntando de forma inocente que si aquello tenía algún valor.
El experto del museo se dio cuenta de que era un relieve asirio de casi tres mil años de antigüedad y pidió que lo dejara para ser certificado. En principio era algo de gran valor.
Los expertos de Museo Británico observaron que había un error en la forma en que estaban colocados los correajes de los caballos. Y también había algún error en la escritura arcadia que aparecía en la obra. Pero eso no probaba que fuera falso. El error pudo haber sido cometido por los antiguos tallistas asirios.
Pero en la escritura se leía que la obra había sido hecha para ser presentada al rey asirio Senaquerib. Los expertos dedujeron que una pieza con esos dos errores evidentes no hubiera sido presentada al monarca y que era falsa. Estudios más profundos llegaron a la misma conclusión.
Ello condujo a investigar las obras que los padres de Shaun habían ido colocando a museos y particulares. Y se comenzó a descubrir que eran todas falsificaciones.
Es gorda la que armó Shaun al manifestar en su autobiografía que el cuadro "La Principesca", atribuido a Leonardo Da Vinci, que fue comprado en su día por un coleccionista millonario canadiense por sesenta millones de dólares y valorado ahora en cien, es falso.
Dice Shaun que lo pintó él hace 32 años (estamos en 2015). Ello ha provocado un terremoto entre los expertos que lo certificaron como auténtico. Dicen que no se puede creer que el entonces joven Shaun pintó ese cuadro y que en él se aprecian las pinceladas de zurdo de Leonardo Da Vinci así como se aprecia la antigüedad del pergamino sobre la que está pintado.
Pero Shaun replica que compró el pergamino en una librería, que era del siglo XVI y correspondía a una escritura de compra de terreno. Sobre ese material pintó el cuadro. Le puso un respaldo de madera sacada de un viejo escritorio.
Dicer que la pintura la fabricó por un procedimiento usado durante siglos en el mundo antiguo: usó savia de una acacia mezclada con polvo de roble viejo. Y que para simular que era zurdo pintó el cuadro boca abajo para dibujar el sombreado.
Para más recochineo apunta que la mujer que hizo de modelo era una cajera de supermercado que él conocía.
Sorprendente mundo del arte:
La polémica está servida. A pesar de los expertos que siguen defendiendo que el cuadro fue pintado por Da Vinci, las explicaciones del falsificador Shaun son creíbles y siembran la sospecha de la duda sobre la millonaria obra.
Pero quien sabe. Quizás si se demostrara que el cuadro es falso, dada su historia y fama, pudiera acabar siendo más valorado en el mundo del coleccionismo de arte que si fuera auténtico.
Es famoso el caso del Cristo de Borja, que estaba en una iglesia de esa localidad y algo dañado. Una señora dijo que lo iba a restaurar y lo que hizo fue un bodrio alucinante. Pero de tanto alucine se hizo famoso.
Dice Shaun que lo pintó él hace 32 años (estamos en 2015). Ello ha provocado un terremoto entre los expertos que lo certificaron como auténtico. Dicen que no se puede creer que el entonces joven Shaun pintó ese cuadro y que en él se aprecian las pinceladas de zurdo de Leonardo Da Vinci así como se aprecia la antigüedad del pergamino sobre la que está pintado.
Pero Shaun replica que compró el pergamino en una librería, que era del siglo XVI y correspondía a una escritura de compra de terreno. Sobre ese material pintó el cuadro. Le puso un respaldo de madera sacada de un viejo escritorio.
Dicer que la pintura la fabricó por un procedimiento usado durante siglos en el mundo antiguo: usó savia de una acacia mezclada con polvo de roble viejo. Y que para simular que era zurdo pintó el cuadro boca abajo para dibujar el sombreado.
Para más recochineo apunta que la mujer que hizo de modelo era una cajera de supermercado que él conocía.
Sorprendente mundo del arte:
La polémica está servida. A pesar de los expertos que siguen defendiendo que el cuadro fue pintado por Da Vinci, las explicaciones del falsificador Shaun son creíbles y siembran la sospecha de la duda sobre la millonaria obra.
Pero quien sabe. Quizás si se demostrara que el cuadro es falso, dada su historia y fama, pudiera acabar siendo más valorado en el mundo del coleccionismo de arte que si fuera auténtico.
Es famoso el caso del Cristo de Borja, que estaba en una iglesia de esa localidad y algo dañado. Una señora dijo que lo iba a restaurar y lo que hizo fue un bodrio alucinante. Pero de tanto alucine se hizo famoso.
A la izquierda el original y a la derecha como quedó después de ser restaurado. La fama ha sido tal que hay excursiones de turistas para visitarlo en Borja (España) y se han hecho obras de teatro y hasta un musical estrenado en Nueva York. Un delirio.
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