Veamos algunas formas de aparcar un coche. Hay muchas, no pretendo ser exhaustivo. Sólo algunos ejemplos de las múltiples posibilidades existentes. Empecemos por esta forma: se da atrás a toda pastilla hasta saltar la barandilla y romper la rueda. Tiene la ventaja de que el coche queda apoyado sobre la barandilla y es difícil que te lo roben.
Esta forma de aparcar es para cuando alguno ha dejado su coche en el lugar que tu consideras que te corresponde a tí. Tiene la ventaja de que no volverá a ocupar tu sitio.
Esta forma consiste en buscar una boca de contra incendios y aparcar al lado, para si hay fuego, facilitar el tendido de mangueras. Pero no cometas el error de este conductor: hay que dejar las ventanillas bajadas o te las rompen al colocar las mangueras.
Esta es una solución contra la falta de aparcamientos. Las calles están llenas de paredes. Sólo tienes que elegir tu pared y acelerar a tope contra ella.
Esta es una variante de la anterior. Se trata de aparcar empotrando el coche en una pared pero aprovechar que esa pared es de una tienda para de paso hacer la compra. Las calles están llenas de tiendas. Sólo tienes que buscar la tienda que necesitas y acelerar contra ella.
Este método sirve para aparcar en aparcamientos de varias plantas cuando están llenos. Aceleras contra la pared lateral del parking y aparcas el coche fuera del edificio, donde hay espacio de sobra.
Esta forma de aparcar es también para cuando no hay sitios libres. Sirve para duplicar el espacio disponible. No es moco de pavo, porque si todos aparcasemos así, sobrarían aparcamientos en las ciudades.
3 comentarios :
Bueno, yo lo más que he aparcado ha sido mi moto cuando la tenía. Y ningún problema, oye.
Coche, coche... pues una vez mi ex me puso al volante del suyo, dándome instrucciones de como arrancar, como mover el cambio de marchas y cuáles eran los pedales del embrague y el freno. Nada más que esto, lo juro.
Iba yo tan contenta, conduciendo por una calle de la urbanización, con él de copiloto y mi santa madre detrás, cuando vi a un amigo de la familia de pie frente a su casa y hacia allí que me dirigí, dispuesta a aparcar al lado de la casita (y de paso que mi madre se quedase con ellos, ¡juas!)
Aparcar no suponía ningún problema, ¡anda que no había espacio de sobra, ni un sólo coche a la vista!
Pero... mi madre detrás, gritando lo que me contarón después: "¡Hay el tío Juan! ¡Hay el tío Juan!", y agarrándome del hombro. ¡Joer!, así no se puede conducir, más que mi madre parecía una suegra de esas.
Y yo que, impertérrita, llego a la altura del tío Juan ese y piso el freno y... el boniato sentado a mi lado cogió el cambio de marchas e hizo un ¡Catacroc! ¡Croc! justo a tiempo.
Al imbécil se le olvidó decirme que tenía que poner el cambio de marchas en punto muerto para frenar.
Moraleja: no hay mal conductor, sino mal profesor.
(Pero bueno, ¿me prestas al de la motosierra o no?)
Oye, que en mi blog estabas en spam y hasta ahora no te he visto.
Lo malo es que ibas acompañado por el pirata y a él lo he perdido definitivamente :(
¡¡¡¿Me prestas al tío este o no!!!?
(Es que es lo único que se me ocurre...)
Leona, cuando se aprende a conducir creo que lo más difícil es parar, detener el coche con soltura.
Es que Blogger in draft tiene eso de bloquear posibles comentarios por spam y hay que acordarse de revisarles porque muchas veces no son spam. No logro averigüar que criterio siguen para meter ahí un comentario como spam.
Por supuesto que te dejo al tío de la motosierra. Puede con más de un blog. Es muy dispuesto.
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