Los cepos de castigo para políticos corruptos son demandados en muchos foros de Internet. Esta manera de castigar a algunas personas fueron muy habituales en tiempos pasados. Era una manera de exponer a
gente de mal vivir, ladrones, borrachos, prostitutas, etc, al escarnio público.
Las condenas eran por horas o días. Se exponían en las plazas públicas para que
todos pudieran verles humillados en el cepo.
Si se tiene en cuenta que en
foros de Internet pululan los muy cabreados por la corrupción política que les
ha llevado al paro o la ruina y que piden que vuelvan las guillotinas, harían
bien las autoridades en resucitar los cepos de castigo como mal menor, porque al
menos, no son sangrientos y podrían aliviar el enfado de multitud de personas. Por ejemplo, se podría enviar al político trincón unas cuantas horas al cepo cada día hasta que devolviera el dinero robado.
Como anécdota contaré que
cuando en Boston, (EE.UU.), se implantaron los cepos que tan habituales eran en
Europa, el primero que fue condenado al cepo fue el constructor de los mismos,
Eduard Palmer. Intentó cobrarle al Ayuntamiento en exceso por los trabajos, las autoridades se
dieron cuenta y le enviaron por unas horas a uno de los cepos que él mismo había
fabricado.
Los cepos debían ser vigilados por gente armada cuando el condenado era una persona que provocaba odio en la comunidad. Se pretendía evitar que el populacho se aprovechara de la inmovilidad del castigado para hacerle barbaridades. El castigo, básicamente, era el escarnio.
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