En Mayo de 1941 lo vientos no soplaron bien para Wulff. El jerarca Hess había ido a Inglaterra pilotando él mismo un avión con la finalidad de entablar un pacto de paz. No se sabe si fue con la aprobación o no de Hitler pero hubo una purga en Alemania contra ciertos sectores y entre ellos estuvo el sector de los astrólogos.
Wulff acabó en un campo de concentración donde no obstante no sufrió demasiadas penalidades ya que sus carceleros recurrían a él para que les sacara la carta astral y les adivinara el futuro.
Tenía fama de acertar muchas cosas y de alguna forma llegó a oídos del médico de confianza de Himmler llamado Felix Gersten. Fue sacado del campo de concentración y presentado al mismo Himmler.
Aunque la astrología estaba perseguida oficialmente por el Partido Nacional Socialista de Hitler no era raro que altos cargos consultaras a adivinadores o tuvieran a alguno en nómina a su servicio. No era extraño que algunos generales acudieran incluso a hechiceros para que hicieran conjuros que les condujeran a la victoria en una gran batalla.
Vaticina la derrota de Hitler y propone golpe de Estado
El asunto es que Wulff hizo la carta astral del Canciller alemán y le contó a Himmler que veía que llevaría a Alemania a una derrota total en 1945. Himmler se quedó pensativo y le preguntó a Wulff que qué se podía hacer. Wulff le respondió que la única forma de evitar ese fatal destino era destituir a Hitler.
Himmler le explicó a Wulff que no sería difícil dar un golpe de Estado, que le bastaría movilizar algunas tropas y hacerse con el mando. El astrólogo cuenta en sus memorias que creyó en ese momento que el golpe de Estado se produciría.
Pero el tiempo fue pasando y Himmler no se decidía. Decía que le debía todo a Hitler y que no se veía con ánimo para llevar a cabo la empresa. Probablemente también pesaba en su ánimo el que si fracasaba el golpe iba su vida en juego y si era capturado vivo su muerte no iba ser agradable precisamente.
En el verano de 1944 se produjo el desembarco de Normandía por parte de los aliados y la situación de las fuerzas militares alemanas empezó a ir hacia la derrota. Wulff cuenta que en Abril de 1945, casi al final del todo, Himmler lamentó no haber dado el golpe de Estado en su momento e intentó por su cuenta pactar una rendición con los norteamericanos pero sin éxito.
¿Carta astral o lógica?
Wulff tenía mucha fama de adivinador y clavó lo de la derrota alemana en 1945 pero la pregunta es sí lo vio en la carta astral o por pura lógica. Cuando Japón atacó a Estados Unidos y estalló la guerra entre ambas potencias, Hitler tuvo la ocurrencia de declarar la guerra a los norteamericanos.
Con un frente abierto en Occidente por la ocupación de Francia, Bélgica, Holanda, etc y otro frente en Oriente, con la ocupación de la URSS, Grecia, etc, sólo hace falta un poco de raciocinio para llegar a la conclusión de que abrir un nuevo frente en el Atlántico con una potencia industrial del calibre de Estados Unidos sería catastrófico.
Muchos lo vieron claramente entonces incluso en Alemania y en las filas nacional socialistas pero eso no se podía decir porque sería considerado derrotismo y estaba penado con la muerte.
No obstante, si esas predicciones se exponían justificándose en cartas astrales u otras artes adivinatorias, los jerarcas nacional socialistas podían escucharlas y discutir sobre ellas. Ese podía ser el motivo de que los hechiceros fueran consultados por altos cargos del régimen. Al margen de pudieran ser más o menos crédulos en esas artes, era una forma de poder tratar cuestiones espinosas de una forma más abierta sin ser acusados de conspiradores o derrotistas.
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