La portada de la revista satírica francesa ha publicado una imagen de humor negro pero de baja estofa. La viñeta muestra tres platos típicos italianos.
El de la salsa de tomate es un hombre sangrando después de las lesiones sufridas en el terremoto que sacudió el centro de Italia.
La mujer gratinada ha sido masacrada por los cascotes. Y la lasagna está formada por los cadáveres aplastados por los derrumbres que provocó el cataclismo.
Ni tiene gracia ni es fácil entender que alguien encuentre esa portada como graciosa. Reírse de la desgracia ajena ni es humor, ni negro ni de otro color. Considerar algo así como simpático es propio de mentes distorsionadas.
El Ayuntamiento de una de las ciudades masacradas por el seísmo ha presentado una denuncia contra la publicación por considerar que es desagradable y vergonzoso.
Mientras tanto:
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