Cuidado con el timo de que te venden la moto. | Sobaco Global


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NO CONFÍES
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IGNORANCIA

Cuidado con el timo de que te venden la moto.



El timo lo hemos vivido de cerca porque un amigo nuestro, Pablo, se dirigía hace poco a un restaurante para comer cuando a punto de entrar se fijó en una moto Harley que estaba aparcada en la acera, con un letrero de “Se Vende-Ocasión”.

Pablo, muy aficionado a las motos, la observaba de cerca, casi una obra de arte, cuando una persona se acercó y le dijó que si le interesaba que él era el dueño, que quería venderla porque se iba a ir a trabajar al extranjero, dándole un precio que era una verdadera ganga para una moto muy cara y que estaba como nueva.

Pero ganga, ganga, vamos, no como las actuales “rebajas” de pisos. La moto costaba nueva casi 30.000 euros y con poco más de un año que tenía se la dejaba en 9.000 euros porque se iba de España en unos días.

Total que buen rollo entre Pablo y el vendedor y al final, decidieron entrar juntos a comer al restaurante. “Vamos a comer juntos, y si cerramos el trato, te invito –dijo el de la moto- y si no, cada uno lo suyo”. La comida fue de lo más agradable, hablando de motos y de viviendas, porque el de la moto le contó que trabajaba en cosas relacionadas con el negocio inmobiliario pero que ahora estaba todo muy parado y que se iba a Natal, Brasil, donde tenía contactos, que allí estaba en auge la construcción turística...

En fin, que casi al final de la comida, estaba apalabrada la compra de la moto. Mientras servían los cafés, el de la moto le dijo que iba un momento afuera y traería los papeles para concretar detalles y ver que estaban todos.

Pablo se tomó el café, anhelante por la ganga que iba a adquirir y esperó, esperó, hasta que viendo la tardanza en regresar de su compañero de comida, decidió acercarse a la puerta del restaurante. Asomó la cabeza, miró a la acera y allí no estaba ni la moto ni el dueño de la moto. Es decir, que pablo tuvo que pagar la cuenta de los dos.

“-¿Pero cómo iba yo a sospechar?.- nos decía Pablo- El tío, de treinta y tantos, bien vestido, con reloj Rolex, con moto Harley, ameno, tan educado, informadísimo de lo inmobiliario… Eso sí, pedía de lo más caro de la carta, comía como un sibarita…, me pareció un poco exagerado, la verdad, pero pensé que era un tío acostumbrado a gastar y vivir bien… Se puso las botas… ¡Menudo clavo me metió el cabrón!!. Y lo peor fue que ya me había hecho a la idea de quedarme con aquél pedazo de moto....
Así que ya sabéis, que no os vendan la moto, aunque hay que reconocer que el jeta de la Harley es un artista y ha descubierto un nicho de subsistencia a la crisis de lo más agradable.
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2 comentarios :

Santos dijo...

Os parecerá increíble, pero eso lo he visto yo hace poco en un restaurante caro de Madrid. Al entrar, si ví la moto con el letrero, pero yo no soy motero y salvo fijarme en la moto, que es muy llamativa, no me interesé más. Pero dentro del local, si escuché la trifulca del timado con los camareros, como le habían timado, como tenía que pagar,... Y os voy a decir una cosa, por las sonrisas de los camareros entre ellos, para mí, que el timador no les era desconocido. Vamos, que ya había operado allí con otros incautos. Hasta se podría pensar mal.

Anónimo dijo...

Ese timo de la moto que contáis, es un timo muy viejo. En la época del desarrollismo en España, lo hacián con coches. Probablemente, dado que ahora es más difícil aparcar un coche delante de un restaurant caro, han pasado a la moto, que se aparca fácilmente en cualquier trozo de acera. Hay que reconocer de todos modos que se lo trabajan los timadores. Si se hubieran dedicado a la política, serían los number one.