Uno de los descubrimientos del Dr. Michael Hunter, de la universidad de Sheffield, en U.K., en 2005, a base de resonancias magnéticas, consistió en averiguar que los tonos agudos de las voces de las mujeres agotan al cerebro masculino dificultando que éste pueda prestarles atención durante demasiado tiempo. Las emisiones sonoras femeninas requieren la atención de todo el cerebro auditivo mientras que los hombres escuchan sólo con el parte izquierda del cerebro. Para descifrar la voz masculina sólo es necesaria la parte subtalámica del cerebro, lo que se conoce como “ojo del cerebro”.
En la fotografía pueden ver a dos europarlamentarios groguis durante una sesión, no sabemos si con sus cerebros agotados por las conversaciones de las eurodiputadas que estaban detrás de ellos o porque en esos momentos estuviera una mujer largando un espiche desde la tribuna.
http://www.sheffield.ac.uk/mediacentre/2005/422.html
En la fotografía pueden ver a dos europarlamentarios groguis durante una sesión, no sabemos si con sus cerebros agotados por las conversaciones de las eurodiputadas que estaban detrás de ellos o porque en esos momentos estuviera una mujer largando un espiche desde la tribuna.
http://www.sheffield.ac.uk/mediacentre/2005/422.html
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