A destacar el artículo de IGNACIO CAMACHO, publicado en ABC, y titulado TRINCOLANDIA donde denuncia que la clase política de Hispanistán tiene un problema: la corrupción.
Dice Camacho que la dirigencia de la clase política, en un marco democrático bien regulado, “podría quedar compensada por actuación del aparato judicial, pero que la Justicia también está contaminada por el sectarismo. Fiscales, policías y hasta jueces actúan a menudo con discrecionalidad impregnada de prejuicios políticos e ideológicos”.
Apunta que “los ciudadanos se resignan a considerarse gobernados por un hatajo de ladrones” y que “debajo del edificio institucional hay un tremedal movedizo en el que habita entre sombras venales un país paralelo. Se llama Trincolandia”.
Dice Camacho que la dirigencia de la clase política, en un marco democrático bien regulado, “podría quedar compensada por actuación del aparato judicial, pero que la Justicia también está contaminada por el sectarismo. Fiscales, policías y hasta jueces actúan a menudo con discrecionalidad impregnada de prejuicios políticos e ideológicos”.
Apunta que “los ciudadanos se resignan a considerarse gobernados por un hatajo de ladrones” y que “debajo del edificio institucional hay un tremedal movedizo en el que habita entre sombras venales un país paralelo. Se llama Trincolandia”.
Para leer el artículo completo:
Nota: Por nuestra parte, decir que los dos grandes problemas de Hispanistán son el nacionalismo y la corrupción. Contra la corrupción, tapones y pinzas, para evitar la depresión del ciudadano, como en ésta foto:
http://bucannegro.blogspot.com/2009/10/corrupcion-tapones-y-pinzas.html http://www.abc.es/20091025/opinion-firmas/trincolandia-20091025.html
1 comentarios :
Esta sociedad estabulada,resignada y conformista, tiene unas tragaderas tremendas.
Acepta como inevitable la corrupción,como si fuera algo íntrinseco al políticodel mismo modo que asimila que le mientan, y la mentira pasa a ser aceptada como algo "natural" y propio de la casta política.
Lo vimos con Zapatero, que mintió vilmente negando la negociación con ETA tras el atentado de la T-4,para luego reconocerlo en una entrevista en EL MUNDO, y once millones de ciudadanos lo respaldaron con su voto.
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