Según informa La Razon, muchos envases de galletas no indican claramente la composición de las grasas o aceites con las que están hechas. Concretamente, se refiere a un informe de la OCU, después de haber analizado 35 marcas diferentes de galletas tipo “María”. Según el informe, de los 35 analizados, 24 no indicaban en las etiquetas el tipo de grasa empleado.
A mí, tal noticia me deja perplejo. Parecía que a éstas alturas, todo producto alimenticio debería indicar en el etiquetado de que está hecho y que lo que ponga en la etiqueta, sea verdad, que esa es otra. Porque las dudas invaden a uno, ya que si de 35, hay 24 que no informan de su composición y ningún organismo oficial se preocupa de ello, cabe preguntarse si alguna autoridad comprueba que de verdad es cierto lo que pone en la etiqueta.
La OCU considera que el consumidor, sin ésta información en el envase, no sabe si está comiendo galletas hechas con aceites de oliva o girasol, o está comiendo galletas que contienen aceites de palma o coco, u otro tipo de grasas.
La OCU ha remitido el informe a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria para que promueva el que los fabricantes informen en sus envases de los componentes del producto.
O sea, que tenemos una Administración mastodóntica, con el Gobierno Central, 17 Parlamentos Autonómicos, Diputaciones y Ayuntamientos, con milenta mil cargos políticos y a éstas alturas, va la OCU, analiza 35 marcas de galleta y encuentra que 24 no dicen de que grasas y aceites están hechas. La de Dieu.
O sea, que tenemos una Administración mastodóntica, con el Gobierno Central, 17 Parlamentos Autonómicos, Diputaciones y Ayuntamientos, con milenta mil cargos políticos y a éstas alturas, va la OCU, analiza 35 marcas de galleta y encuentra que 24 no dicen de que grasas y aceites están hechas. La de Dieu.
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