Una mujer de 48 años, Laila, se encontró que le sirvieron en un restaurante una sopa de almejas con preservativo incluído, según noticia de Aegis. Ella contó que fue a cenar con tres compañeros y que cuando empezó a comer la sopa de almejas se encontró con algo masticable. Al principio masticó pensando que era un trozo de calamar hasta que viendo que aquello no era digerible, lo escupió en una servilleta y vió que era un preservativo.
Fue corriendo al cuarto de baño para vomitar. La cadena de restaurantes no se explica como llegó el preservativo a la sopa. Ella demandó a la empresa y alegó sufrir una angustia emocional severa, sentir repulsa a los alimentos, haber perdido diez kilos e incluso sentir rechazo hacia el sexo.
La empresa, que tiene 42 establecimientos en todo el país, dijo en principio que las alegaciones de ansidedad y depresión de Laila era frívolas. Al final, llegaron a un acuerdo aceptable por ambas partes, sin tener que ir a juicio.
Lo cierto es que es un poco repugnante encontrarte un preservativo en la sopa, y no te digo nada si está usado. Aunque desde luego, si la sopa es de almejas, ya se sabe, donde hay almejas, suele haber preservativos. Je. je.
Esta foto no es la de la sopa de almejas y el preservativo de la noticia. Es una foto vista en Aldoulisesjarma
1 comentarios :
¡¡aaaaaggg!! bastante peor que un pelo ¿no? eso ha tenido que ser un cocinero o camarero cabreado con la empresa...asco sí, pero la tía ha resultado un poco exagerada, a nadie le amarga sacarse unas buenas perras a costa de la cochinada...
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