Dos investigadores de la Universidad de Yeshiva han llegado a la conclusión de que la temperatura del cuerpo humano óptima se estableció durante la evolución en torno a los 37 grados centigrados porque así se preveía la infección por hongos, según ha publicado Sciencedaily. Más temperatura hubiera sido mejor, pero hubiera conllevado la necesidad de comer en más abundancia y más frecuentemente.
Según Arturo Casadevall por cada grado de aumento de temperatura de un cuerpo, se produce una disminución de un 6% en la contaminación por hongos. Los animales de sangre fría como reptiles, anfibios, etc, son infectados por hongos frecuentemente. Elevar la temperatura podría haber beneficiado a los mamíferos en su evolución después de la desaparición de los dinosaurios. La temperatura óptima entre evitar hongos y no disparar el consumo de alimentos está en 36.7 grados centigrados.
Por cierto, el termómetro lo inventó en 1607 y el inventor fue Galileo.
2 comentarios :
Muy interesante el post
Saludos
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