Enigma del vuelo Airbus AF447. | Sobaco Global


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Enigma del vuelo Airbus AF447.

Aunque se han averigüado muchas cosas después de recuperar las cajas negras del avión siniestrado, el enigma del vuelo AF447 Airbus 330-200, de Air France, no se ha desvelado por completo. El 1 de Junio de 2009, el avión se desplomó al mar, cuando realizaba el viaje entre Río de Janeiro y París. La investigación de las dos cajas negras, recuperadas del fondo oceánico, realizada por la BEA de Francia , indica que el avión cayó desde los 10.000 metros al mar, con la alarma de entrada en pérdida activada y a una velocidad de caída de 3.000 metros por minuto, unos 180 km/hora.

O sea, en algo menos de cuatro minutos, se mascó la tragedia que provocaría la muerte de los 228 ocupantes del avión. El avión llevaba tres pilotos. El comandante del avión y dos copilotos. La costumbre es que dos permanecen en los puestos de pilotaje mientras otro descansa. En ese momento, era el Comandante del avión el que estaba descansando.

Unos quince minutos antes de que comenzaran los problemas, los pilotos se percataron de una tormenta que estaba en la ruta del avión. Parece que el comandante les dijo que no subieran por encima de la tormenta porque habría variaciones de temperatura grandes. Pero no parece que le dió mucha importancia al tema, porque se fue a descansar.

Unos diez minutos después, al aumentar la turbulencia, los pilotos redujeron la velocidad del aparato. Pero las sondas pitot que miden la temperatura exterior y la velocidad del aparato, se habían helado y las mediciones no llegaban al ordenador de a bordo. El piloto automático se desconectó y los pilotos tuvieron que empezar a manejarlo manualmente. Se sabe que en la caja negra de voz aparece la voz de toma de control manual cuando uno de los pilotos dice “tengo los mandos”.

El avión, que iba a unos 35.000 pies, empezó a coger altura, pues los pilotos aumentaron el ángulo del aparato para subir y llegó hasta los 38.000 pies (en el entorno de algo más de los diez mil metros). Las medidas de velocidad eran defectuosas, la alarma de pérdida del avión se activó y los copilotos llamaron al comandante. El comandante entró en la cabina de vuelo, la alarma de pérdida cesó pero no había medidas de la velocidad del avión. Uno de los copilotos dice que “no tengo ninguna medida”. Y otro repite: “no tenemos ninguna medida que sea válida”. Se sabe que los motores funcionaban bien según las cajas negras, obedeciendo a los toques de más o menos potencia de los pilotos.

El avión iba perdiendo altura, a unos tres mil metros por minuto, como ya se ha dicho antes. Cuando estaba aún sobre los tres mil metros, un minuto antes de estrellarse, uno de los pilotos le dice a otro, que puede ser el otro copiloto o el comandante, “adelante, tienes los controles”. Pero todo indica que el avión seguía en pérdida, con el morro levantado, con una inclinación de unos 16 grados sobre la horizontal. Y finalmente, se estrelló contra el mar y medio se desintegró al dar con toda la panza en el agua.

Más o menos en ésta posición, con el morro levantado, con una inclinación sobre la horizontal de unos 16 grados, impactó el avión sobre la superficie del mar, de panza, con una velocidad de caída vertical de unos tres mil metros por minuto.


El enigma es porqué los pilotos no pudieron sacar al aparato de la situación de pérdida de altura, aunque tuvieran lecturas erróneas de velocidad por congelación de los sensores externos de medición. Si según los datos de las cajas negras, los motores respondían a los mandos, es extraño que no les dieran suficiente potencia para sacar al avión de esa situación de caída continua. ¿Se centraron los pilotos demasiado en los indicadores inutilizados del avión mientras éste seguía cayendo?. ¿Sufrió daños estructurales el avión que hizo que se descomprimiera la cabina debido a la tormenta?.

En la foto, una de las cajas negras recuperadas del fondo del mar. Son dos. Una recoge datos técnicos de vuelo y otra recoge grabaciones de voz. El organismo de investigación oficial francés, BEA, ha dicho que se ha limitado a comunicar los datos de la caja negra y no saca conclusiones aún de cual es el motivo exacto que llevó al avión a estrellarse contra el océano más allá de que se hubieran congelado los medidores externos.

Aquí se ve una reconstrucción de la ruta del avión, que cruzaba una gran tormenta tropical en el momento del suceso. Según parece, el avión transmitió seis mensajes automáticos que informaban de fallos en las lecturas de altura y velocidad así como fallo eléctrico en el ordenador de a bordo. Hubo fallo generalizado de los parámetros electrónicos. Una línea eléctrica secundaria que gestiona los mandos del avión había entrado en funcionamiento, probablemente por fallo de la línea principal. Uno de los pilotos había avisado al control aéreo de que estaban pasando por una zona de fuertes turbulencias, que había vientos cizalladotes y nubes negras de tormenta eléctrica. En el último informe automático se indicaba aumento de la velocidad vertical del avión. O sea, que estaba en pérdida. Uno de los motivos que puede provocar ese desplome vertical del aparato podría ser que hubiera sufrido daños estructurales por las turbulencias y que se hubiera roto la estanqueidad del aparato, despresurizándose. El enigma del vuelo, persiste.

OPINION DE UN EXPERTO

El director de la empresa aero espacial británica Ascend Worlwide, Hayes, hizo unas declaraciones a BBC Mundo en las que dice que gracias a las cajas negras se sabe lo que pasó pero no porqué. Lo que más le llama la atención es que los pilotos mantuvieran el avión con el morro levantado cuando el indicador el avión señalaba entrada en pérdida al llegar a los 38.000 pies de altura. Debieron hacer lo contrario, bajar el morro para ganar velocidad y sacar al avión de la situación de caída.

Una explicación posible que apunta es que con el barullo de los fallos de indicación de velocidad, en condiciones exteriores adversas de tormenta, los pilotos no se enteraron de los avisos de pérdida. Las conversaciones grabadas de ellos, desde luego, no hacen referencia a esa circunstancia. En la cabina pudo reinar la confusión debido a las múltiples alarmas que se activan cuando surge una avería en el sistema del Airbus. Aunque la BEA ha de dar el dictamen definitivo aún, parece que se trasluce que los pilotos pudieran tener entrenamiento insuficiente para hacer frente a la dificultad a la que se enfrentaron en ese momento fatal. Es significativo que después de ese accidente, la empresa fabricante del aparato, Airbus, enfatizara que los pilotos deben bajar el morro del avión ante una alarma de pérdida para aumentar la sustentación del avión.

AMPLIACION 8-SEPTIEMBRE-2011
Le Figaro ha publicado que el 21 de Julio, un avión Airbus-340, que hacía la ruta Caracas a París tuvo un incidente que bien pudo ser similar al que posteriormente provocó el desastre del AF447. Despegó de Caracas y cuando llevaba una hora y media, se topó con fuertes turbulencias sobre el norte de las Islas Antillas. El avión, con el piloto automático desconectado, subió casi 1000 metros en un minuto. A medida que hacía esta remontada en altura, la velocidad del aparato iba disminuyendo, hasta llegar a los doscientos cinco nudos, unos trescientos setenta km/hora. Pero no descendió más su velocidad hasta entrar en pérdida de sustentación, que sí es lo que sucedió con el AF447, que parece que entró en pérdida y ya no salió de ella. Según lo publicado, fue el cese de las turbulencias y la adecuada respuesta de los tripulantes los que evitaron la entrada en pérdida del aparato.


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2 comentarios :

Anónimo dijo...

Parece ser un fallo de motor, las turbinas dejaron de tirar. Por la baja velocidad y la posición del avión, intentaron aterrizar sobre el mar.

Aun así es varias veces mas seguro volar que coger el coche.

MJ

Bucan dijo...

MJ, pero el informe técnico dice que los turboreactores obedecieron a los mandos hasta el último momento. Y fíjate que en las conversaciones grabados en ningún momento se refieren a parada de motores o pérdida de potencia. Sólo hablan de problemas de lectura en los indicadores. "No entiendo nada", dice uno de los pilotos.

Ten en cuenta que la "baja velocidad" de 180 km/hora era de descenso vertical, no la velocidad de desplazamiento horizontal del avión, que se desconoce por cuanto las sondas que lo miden en el exterior se congelaron y dejaron de dar datos.