Hoy, en curiosidades, traigo la de la flor apestosa repugnante que tiene el nombre de Titan Arum. No florece todos los años sino cada varios. Es
grande, pudiendo llegar a alcanzar una altura de más de tres metros. A medida
que va saliendo la gran flor, un hedor insoportable empieza a olerse a su
alrededor. Como si dentro de ella hubiera organismos muertos en putrefacción.
Acercarse a oler el hediondo
aroma es un ejercicio de masoquismo para mucha gente. Es famosa la floración de
una de estas plantas en el Botánico de Washington que atrae a miles de turistas
y curiosos. Hay que ir acercándose a ella poco a poco para ir viendo lo que las
narices de cada uno pueden aguantar.
Es ese pestazo a putrefacción
el que usa como cebo para atraer a ciertos insectos que gustan de ese hedor.
Los insectos se posan sobre ella y de ese modo se impregan del polen de la
planta y después lo van depositando por ahí. Realmente es un apestoso
procedimiento de reprodución al que la evolución de las especies ha llevado a
esta planta.
Indica que la perpetuación
de los genes es capaz de adoptar cualquier método sin tener en cuenta nada más
que tenga éxito, aunque sea a costa de ser asqueroso. Mientras algunas flores logran
su éxito reproductor con delicados aromas como el jazmín, esta hedionda planta
lo logra con efluvios propios de alcantarilla o peor.
No es una planta cuya flor sea cortada para regalársela a alguien o para adornar una sala. Ello la ha conducido a que cada vez creciera más. La gente no se acerca sino que huye de ella, salvo los masoquistas que quieren experimentar el pútrido efluvio, como ya comenté antes.
1 comentarios :
La naturaleza es ansin
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