El caso de la censura
callejera de un bikini tropical sucedió en un barrio de Nueva York, el East
Side. La cadena de ropa HM lanzó una campaña de ropa de baño para el verano de
2013 con la cantante Beyoncé luciendo tipo. Uno los carteles expuesto en una
parada de autobuses de dicho barrio neoyorkino apareció un día con una banda de
papel pegada sobre la parte baja del bikini de la cantante.
La gente, sin duda intrigada
por lo que ocultaba la cinta censora de papel pegado la rascaba y despegaba
para ver que había debajo. Pero al día siguiente, aparecía de nuevo otro papel
censor pegado. Así día tras día. De noche alguien actuaba de censor. En
Blooklyn también sucedieron hechos parecidos.
Al final el asunto saltó a
los medios de comunicación y surgió el debate sobre quien o quienes podían ser
los censores callejeros. La opinión de muchos es que se trataría de algún grupo
religioso judío ortodoxo ubicado en esos barrios que critica la exhibición erótica
de los cuerpos. Pero lo cierto es que no se llegó a averiguar quienes eran los
autores de las censuras.
El proceso de pegar papeles
sobre el cuerpazo de Beyoncé y el rascar para ver que había debajo continuó
hasta que la campaña finalizó y los carteles fueron sustituídos por otros
temas. Como suele suceder en tales casos, lo que consiguió el censor es que la
gente prestara más atención a la campaña de los bikinis y ésta tuviera más éxito
aún de lo esperado en la divulgación del producto.
Esto es lo que veían los que rascaban y arrancaban la tira de papel censora colocada sobre la parte inferior del traje de baño de la cantante.
Otras fotos publicitarias de la misma campaña:
Como puede observarse, aparte de lo jamona que está la cantante, los modelos de traje de baño son bastante recatados. Veamos un anuncio de otro modelo más provocativo de otra marca. El censor se hubiera tirado de los pelos viéndolo:
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