El caso de los coches
Ferrari falsificados muestra hasta que punto se puede llegar en la imitación y
falsificación de las marcas. Ya no son relojes, camisetas o zapatillas. Se
llega a falsificar coches deportivos de lujo. Se ha sabido porque en España se
ha desmantelado en Julio de 2013 una red de varias personas que disponían al
menos de dos talleres para fabricar y vender Ferraris falsos. En la foto puede verse un F-458 auténtico: la copia que hacían era prácticamente idéntica: un tuneo copia total.
La operación consistía en
tomar un coche de tipo medio y aprovechar su chasis y motor como base del que
sería el coche deportivo. Quitaban la carrocería y los asientos del auto de
medio pelo y le añadían la carrocería y asientos similar a la del deportivo a imitar.
Los coches falsos se vendían
por una media de unos cuarenta mil euros pero los compradores podían presumir
de cochazo sin tener que gastar los más de los doscientos mil que costaría un
original nuevo. El motor no daba tampoco la potencia de un Ferrari sino la del
coche original, pero dado que en las carreteras hay limitación de velocidad, no
era algo que preocupara a los compradores. Encima del motor original del coche
de medio pelo ponían una placa que vista por arriba era como estar viendo el
motor de un Ferrari.
Hay que pensar que por
cuarenta mil euros puede uno comprarse un coche de gama media alta, algo más
que decente. Pero los que compraban estos vehículos falsos querían fardar a
toda pastilla sin gastarse un pastón para ello. En realidad es una operación de
tuneo de un vehículo algo casposo para convertirlo en un deportivo, pero el
problema es que el tuneo se basaba en copiar exactamente a un original y
violaba la patente.
Desde luego, ingenio y
creatividad en cierta medida no les faltaba a los de la banda desarticulada. Tenían
maquinaria para moldear las piezas originales de la corrocería de Ferrari en
fibra de vidrio. Y una empresa de logos les proporcionaba todas las insignias
para adornar el auto como si fuera de verdad el del caballo negro sobre fondo
amarillo.
Y cabe suponer que se las
apañaban para falsificar también documentación de los vehículos y que incluso
pudieran dar el pego en los controles de ITV que los coches han de pasar en
España a partir de cuatro años de antigüedad. Claro, que quizás ninguno de los
coches imitación vendidos habían cumplido esa edad.
Cuando la policía intervino
los talleres, había 17 Ferraris falsos listos para entregar. Y además, tenían
dos Aston Martin también imitados. Quizás pensaban ampliar el negocio imitando
también esta última marca.
El truco consistía en tunear un coche de medio pelo y algo casposo cambiando su carrocería, asientos y ruedas para simular un deportivo de lujo. La verdad es que todo eso implica un dominio de la tecnología del automóvil. Es una lástima que todo ese conocimiento lo emplearan con fines delictivos.
3 comentarios :
Me parece que se han pasado, no creo que engañaran a nadie. Esta claro que el que se compraba uno de esos coches nunca podría adquirir uno autentico.
Por ahí dicen que no era una estafa, que se trataba de un taller de re-styling legítimo y que todo viene pq un jefazo de ferrari España se ha quejado...
Jesús:
No engañaban. El que compraba el coche ya sabía que era un tuneo, no un original.
Insignificantius:
Efectivamente, han sido acusados de plagio por violación de patentes o así. El tuneo era una copia demasiado parecida a las carrocerías originales.
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