Un tesoro famoso de la
arqueología es el que se conoció como las joyas de Helena de Troya y que se ven
en la foto adjunta colocadas sobre la mujer del arqueólogo que las descubrió,
Shliemann, en 1873. Fue todo un hecho histórico que convirtió a dicha persona en alguien famoso y controvertido al mismo tiempo.
Poco antes éste hombre había
anunciado que había descubierto la ciudad de Troya y el mundo científico se
carcajeó de él, sobre todo en Alemania, de donde era originario estimando que
esa historia era una invención de Homero, el escritor de la antigua Grecia.
Cuando descubrió el antiguo
tesoro entre las ruinas de una muralla en lo que decía que eran los restos de
Troya, decidió poner algunas de las joyas sobre su mujer y sacar una foto que
distribuyó. Entonces la fotografía estaba en sus comienzos.
Fue todo un impacto que
recorrió el mundo. Se publicó en todos los periódicos. Los científicos más
recalcitrantes afirmaron que eran falsificadas, que Schilemann las había
encargado a algún joyero copiando diseños del mundo antiguo.
Schilemann era un hombre
rico, una alemán que había hecho negocios con el oro en polvo y negocios
bancarios en Estados Unidos. Bien podría haber encargado la fabricación de esas
joyas pero análisis más profundos acabaron indicando que eran auténticas, que
eso no se podía falsificar, ya que en el tesoro había muchas más cosas y todos
los diseños se ajustaban al patrón de una época antigua.
Además Schilemann había
tomado fotos del tesoro tal como lo encontró. Y ahí se apreciaba que aquellas
piezas estaban sacadas recientemente de un escondite de cientos de años. Aunque
no era un arqueólogo profesional y no se andaba con muchos miramientos a la
hora de excavar fue un precursor de la arqueología moderna al emplear la
fotografía en sus excavaciones.
Mapa esquemático sobre la situación de Troya. Aunque ahora está algo alejada del mar, en aquellos tiempos era casi costera y controlaba el paso de los buques por el estrecho de los Dardanelos, entre el Mar Negro y el Mediterráneo. Con el tiempo, los dos ríos de la zona fueron depositando sedimentos en la costa y cubriendo zonas de mar. Se estima que los griegos atacasen Troya para acabar con esa situación de control marítimo. Homero recogería los hechos de forma novelada y mítica achacándo el ataque al rapto de Helena.
Hay que fechar los objetos encontrados
Para intentar fechar la
antigüedad de los objetos encontrados decidió ir a Micenas a excavar. En
Micenas se había ya investigado mucho y se databan bien los objetos antiguos.
Quería comparar diseños de las joyas de Helena de Troya con diseños de Micenas.
Y allí encontró unas tumbas
con objetos valiosos, entre ellos otro que se hizo muy famoso: una máscara de
oro que cubría la cara de un cadáver. La llamó la máscara de Agamenón, el
mítico rey de Micenas de la época de Troya que mandaba el ejército griego enviado
contra dicha ciudad.
Pero la datación de la
máscara y resto de objetos indicó que procedían de 300 años antes a que la
Guerra de Troya hubiera tenido lugar. Eran más viejos. Con la datación de otros
objetos de Micenas más viejos aún, comparando con los que había encontrado
antes, las llamadas Joyas de Helena de Troya, se dio cuenta de que éstas eran
aún más antiguas.
Lo que llamaba las Joyas de
Helena de Troya que lucía su mujer en la foto eran unos mil años anteriores a
que la Guerra de Troya hubiera tenido lugar. O sea, aquella muralla
desenterrada donde estaba el tesoro no podía ser la ciudad de Troya, sino una
mucho más antigua.
Pero encima de esa ciudad
misteriosa se habían ido construyendo otras a lo largo del tiempo hasta
formarse una especie de montaña por acumulación. Hasta siete ciudades una
encima de otra había según las diferentes capas de excavación.
El tesoro había sido
encontrado en Troya 2, la ciudad casi más antigua de todas y que estaba debajo.
Aquella cuyas ruinas se correspondían a la época de la Guerra de Troya era casi
la de más arriba, la Troya 7. Se numeraron desde abajo y según se subía hacia
arriba, hacia la superficie.
La gran antigüedad de ese
tesoro fue un bombazo. Indicaba que mucho antes de lo que se creía las sociedades
del Mediterráneo Oriental estaban bastante desarrolladas, siendo capaces de
hacer aquellos objetos tan sofisticados. No sólo había joyas, había vasos y
cubiertos de oro y plata y otros de bronce muy elaborados.
Hasta entonces se
consideraba que la época de Troya era la del comienzo de las sociedades
propiamente civilizadas con una cierta tecnología avanzada de los metales pero
resultó que mil años antes ya existían grandes conocimientos sobre la técnica
de tratar el metal.
Es decir, que si los sucesos
de Troya ocurrieron hace algo más de tres mil años, el tesoro de las Joyas de
Helena tienen más de cuatro mil años. Algo tremendo. Se habían ocultado allí
por alguien de Troya 2 y allí se quedaron. Se construyó encima otra nueva
ciudad y allí debajo seguían aquellos valiosos objetos. Y se siguieron
construyendo ciudades encima, según decaían las antiguas y cada vez quedaban
las joyas más sepultadas hasta que el empecinamiento de Schilemann las sacó a
la luz.
Schilemann encontró en Micenas una máscara de oro cubriendo un cadáver. La llamó la Máscara de Agamenón, el rey que dirigió el ataque contra Troya. Pero al datarla se dio cuenta que era trescientos años más antigua que la época de la guerra de Troya.
¿Era Troya 7 la de Homero?
No se puede afirmar con
total seguridad. Muchos la dan como tal. Lo cierto es que esa fue una ciudad
importante en la misma época en que se desarrollaron los hechos que Homero
describe y está situada en una zona de Turquía cercana a la costa y en frente
de Grecia, con el Mar Egeo de por medio. Por allí es por donde se sospecha que
las tropas griegas cercaron a Troya después de que el rey de dicha ciudad
hubiera raptado a la princesa ateniense Helena.
Como se sabe, el relato de la
Iliada dice que el Rey griego, cuando fue raptada la princesa espartana Helena
por el príncipe troyano Paris, envió tropas a Troya mandadas por el el rey de
Micenas llamado Agamenón.
según el relato de Homero. Los
griegos, después de un cerco de diez años, tomaron la ciudad basándose en el
engaño de regalarles un gran caballo de madera dentro del cual iban soldados
griegos que abrieron las puertas del recinto durante la noche.
Troya VII, datada
actualmente, fue una ciudad habitada entre los años 1300 a 1190 antes de nuestra
era, o sea, hace unos 3.300 años. Los restos encontrados en esa capa indican
que fue destruída en un violento combate. Hay numerosos restos de armas de
entonces así como huesos de cadáveres que indican muertes violentas. O sea,
bien podría haber sido la ciudad masacrada por los griegos y relatado por
Homero.
Foto de parte del tesoro encontrado por Schilemann en la zona de Troya aunque en estratos inferiores, unos mil años más antiguos que cuando tuvo lugar la guerra contada por Homero. Había vasos y cubiertos de oro y plata aparte de collares, brazaletes y otros adornos femeninos de oro entre otras cosas.
Error inicial de Schilemann excavando
Cuando llegó al montículo
donde quería excavar, en la zona conocida como Hissarlik , Schilemann no se
anduvo con contemplaciones. Compró maquinaria de mineria y contrató mucha mano
de obra y decidió arrancar de cuajo un trozo de aquella loma en una franja vertical
para llegar al fondo de la misma.
En ese frenético arranque de
cientos de toneladas, para lo cual empleó incluso dinamita, fue cavando y sin
darse apenas cuenta de que había al menos siete ciudades una sobre otra en las
diferentes capas.
Fue después, cuando comprobó
que lo que llamaba las Joyas de Helena eran mucho más antiguas, cuando
recapacitó y volvió a escarbar con más método descubriendo una por una las
diferentes ciudades y datando con más precisión los restos. Contrató a un
arqueólo profesional para ayudarle a hacerlo de forma científica.
¿Qué pasó con las Joyas de Helena?
Fueron donadas al Museo de
Berlín y en la Segunda Guerra Mundial desaparecieron con la entrada de los
comunistas rusos en la ciudad. Los arqueólogos acusaron a Moscú de haberlas
saqueado pero la URSS lo negó.
Cuando cayó el muro de
Berlín y el régimen comunista soviético se vino abajo las joyas aparecieron
expuestas en el Museo de Puskin ruso. Entonces reconocieron que se las habían
llevado del Museo de Berlín.
Tomado por muchos investigadores en su época como un millonario alemán excéntrico obsesionado con Homero y Helena de Troya acabó realizando descubrimientos arqueológicos sorprendentes. Siendo ya un hombre rico y maduro buscó para casarse una joven griega que se pareciese a la descripción que hacía Homero de la princesa Helena. Es la mujer que aparece al principio del artículo luciendo algunas de las joyas encontradas de más de cuatro mil años de antigüedad.
Excavación de una parte de la ciudad de Troya-7, la que se estima que sufrió el ataque de los griegos descrito por Homero en la Iliada.
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