Las entidades financieras españolas, así como las empresas promotoras, constructoras y una parte de la población, está sufriendo una crisis que se comporta como una auténtica tempestad. Y las autoridades se han puesto de perfil para dar como toda explicación que no se podía predecir. Ya hemos visto como Marc Vidal alertaba con todo lujo de detalles en su blog, en 2006, de la que se venía encima.
Y si como nos explicaba Disidre en anterior noticia, la deuda de empresas y ciudadanos crecía a razón de 25 BILLONES de pesetas anuales, la actividad de servicio de la deuda no llegaba a los 30 centavos de PIB por cada euro pedido en préstamo, los pisos subían de precio a una media del 10% anual, la inflación estaba permanentemente un punto por encima de la media de la UE y existiendo una inmigración masiva descontrolada, las autoridades dicen que no se podía prever la crisis, es como si en el lejano Oeste americano, los soldados de un campamento del Séptimo de Caballería fueran cercados por un millón de indios y dijeran que no les vieron llegar. Como los de la foto, vamos.
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Y si como nos explicaba Disidre en anterior noticia, la deuda de empresas y ciudadanos crecía a razón de 25 BILLONES de pesetas anuales, la actividad de servicio de la deuda no llegaba a los 30 centavos de PIB por cada euro pedido en préstamo, los pisos subían de precio a una media del 10% anual, la inflación estaba permanentemente un punto por encima de la media de la UE y existiendo una inmigración masiva descontrolada, las autoridades dicen que no se podía prever la crisis, es como si en el lejano Oeste americano, los soldados de un campamento del Séptimo de Caballería fueran cercados por un millón de indios y dijeran que no les vieron llegar. Como los de la foto, vamos.
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